InstaPAP es un tubo delgado con un sensor que se acerca a distintos puntos del cérvix para obtener señales ópticas y eléctricas del tejido cervical. Recoge los datos, los analiza de inmediato para que el médico pueda interpretarlos. El dispositivo se conecta de manera inalámbrica a una computadora y cuenta con un pequeño semáforo que al prenderse en colores amarillo o rojo, indica que hay que hacer exámenes en profundidad. El método es una innovación que deja atrás al tradicional examen de Papanicolau, que sigue aplicándose desde hace por lo menos siete décadas sin mayores cambios y que a menudo cuando detecta células cancerígenas, la enfermedad se encuentra en un estadio avanzado. Hasta el momento la startup Onko Solutions, con sede en Monterrey, Nuevo León, México, fabrica y distribuye los equipos de manera gratuita -en comodato- entre la comunidad médica en México, lo que garantiza que el equipo estará actualizado. Onko Solutions vive de vender las puntas deshechables del dipositivo, la instalación de los equipos y está levantando capitales, sobre todo en México y también en Estados Unidos. Según los creadores de instaPAP, el dispositivo para diagnosticar cáncer cervicouterino está enfocado en una población de más de 40 millones de mujeres en México que deberían realizarse la prueba por tener vida sexual, la más común vía de contagio. Sin embargo más de un 80% de estas mujeres no se hacen ni la prueba de Papanicolau, lo que conduce a una tasa de mortalidad muy alta. La mayor parte de esta población es de escasos recursos y tiene prejuicios sobre consultar a un ginecólogo, sobre todo si se trata de un hombre.