031209 Innenminister Bleiberecht
4 de diciembre de 2009A 30.000 personas se les acaba el 31 de diciembre el permiso para residir en Alemania. Muchos habrían tenido que abandonar el país, si los ministros del Interior, reunidos en Bremen, no hubiesen encontrado una salida. Las organizaciones pro derechos humanos mayor flexibilidad al tratar estos casos.
Así, la resolución final del encuentro de los ministros del Interior fue: prolongar el permiso de estadía por dos años al cabo de los cual tendrán que comprobar que puedan ganar su sustento, que no han optado por subsidios estatales y que se han integrado a la sociedad.
¿A hacer las maletas?
De acuerdo a la regla actual estas personas tendrían que abandonar el país en un par de semanas. La encargada de asuntos de integración del Gobierno federal, Maria Böhmer, abogó por la prolongación del permiso de estadía para los llamados geduldet: personas que tienen un permiso para vivir en el país, pero no pueden trabajar. Un estatus, en realidad, sin perspectiva.
Debido a la crisis financiera y económica mundial, a los inmigrantes les resulta difícil encontrar trabajo, así Böhmer. Por su parte, Stefan Telöken, portavoz de la representación en Alemania del Comisariado para los Refugiados de Naciones Unidas exigía la prolongación del visado:
“Se hace imprescindible solucionar esto a corto plazo. Las personas afectadas miran con temor hacia el fin de año. No saben si el próximo año podrán quedarse o si después de muchos años en Alemania tendrán que hacer sus maletas”. Después de la decisión de los ministros del Interior, Michael Lindenbauer, representante de Naciones Unidas en Alemania y Austria, comenta: “a las personas afectadas se les ha concedido un respiro. Éste debe ser aprovechado para lograr soluciones a largo plazo”.
Naciones Unidas exige del Parlamento alemán y del Gobierno una mejora de las regulaciones sin condicionamiento a fecha de entrada. “Es imprescindible crear un reglamento que tenga en cuenta, con mayor generosidad, los casos de precariedad”, opina Telöken.
Criterios más generosos
Bajo criterios más generosos se entiende que se tenga en cuenta el tiempo de la estadía en Alemania y su edad, también el enraizamiento en la sociedad germana. Y las condiciones en el país al que tendrían que regresar. “Una persona que ha estado cinco o más años en Alemania, cuyos hijos han nacido y crecido aquí, ¿puede adaptarse de nuevo en su país de origen?”, plantea Telöken.
Parlamentarios de La Izquierda y de Los Verdes –dos de los tres partidos de oposición en el Bundestag- han hecho ya su solicitud para aprobar una prolongación del derecho de estadía de estas personas. Ulla Jelpke, portavoz de La Izquierda, califica la regulación actual de inhumana, pues hay un grupo de refugiados –que no tienen un permiso de residencia- y que por motivos humanitarios son “soportados” en Alemania. En su país de origen son perseguidos.
Vivir con el alma en vilo
“Tener ese estado de geduldet significa vivir con el permanente miedo a ser repatriado, significa no poder moverse del lugar donde está registrado, no tener libertad de movimiento, no poder trabajar y tener que vivir de los limitados subsidios estatales. El acceso a atención médico se reduce a los casos de emergencia”, denuncia Jelpke. Esto vale para los refugiados que entraron a Alemania después de julio de 1999.
La coalición gobernante –los conservadores de CDU/CSU y liberales- rechaza la propuesta de la oposición. Reinhard Grindel, demócrata cristiano, argumenta que cambiar el derecho de estadía representaría grandes costos adicionales: “El reglamento de estadía en Alemania no es sólo un acto humanitario. Queremos apoyar sobre todo a aquellos que se han integrado a la sociedad. Queremos evitar a toda costa que la inmigración engrose las listas de los subsidios sociales. Eso también es algo que debemos tener en cuenta cuando se habla de alterar el reglamento de visados”.
La prolongación se asegura, la estadía permanente no
El mínimo común denominador entre políticos y organizaciones humanitarias ha sido una prolongación de dos años. No se sabe qué rumbo tome la discusión a partir de ahora. El ministro bávaro del Interior, Joachim Herrmann (CSU), aboga por que ésta sea la última prolongación. Después tiene que regir el lema: “quien pueda ganarse lo suficiente para vivir puede quedarse. Los otros no pueden seguir siendo una carga para el contribuyente alemán”.
La Asociación de Organizaciones Humanitarias de Alemania no lo considera suficiente. Una carta dirigida tanto a Berlín como a los Gobiernos regionales dice: “Para las personas afectadas habría que idear una solución que les permita planificar su vida a largo plazo”.
Autor: Marcel Fürstenau/Mirra Banchón
Editor: José Ospina