Gustav Klimt, el maestro del modernismo
Alrededor de 1900, las obras del pintor Gustav Klimt no eran bien acogidas en la puritana sociedad vienesa. Sin embargo, muchos querían una obra suya. Sus cuadros, bañados de dorados, siguen siendo inovlvidables.
Pintar en vez de grabar
En realidad, Gustav Klimt (1862-1918) tendría que haber aprendido a grabar el oro con su padre. Después de una beca en la Academia de Arte de Viena, empezó su carrera de pintor. Al principio se ganaba el dinero pintando frescos y cortinas. En la imagen, Klimt con 52 años.
Frescos en el techo
Junto con su hermano Ernst y su colega, Franz Matsch, Gustav Klimt lideraba la llamada "Compañía de artistas". Juntos terminaron este y otros frescos en la Villa Hermes, un palacete de la emperatriz Sisi en Austria. No solo sus aposentos sino también la sala para hacer deportes estaban decorados con las pinturas de dicha compañía.
Escándalo por las pinturas de las tres "Facultades"
En 1894, Klimt pintó tres cuadros para la Universidad de Viena. Sin embargo, el profesorado estaba horrorizado por la "Jurisprudencia", "Filosofía" y "Medicina": las mujeres parecían "demasiado desnudas" y "demasiado eróticas". Tras una larga disputa, Klimt compró los cuadros en 1905. A finales de la Segunda Guerra Mundial se quemaron. Solo quedan estas imágenes en blanco y negro.
El Friso de Beethoven
En 1897, Klimt fundó con otros artistas afines la "Secesión de Viena", movimiento que rechazaba el estilo artístico tradicional. Para los conservadores austriacos, Klimt tuvo que tapar el sexo de su Teseo con hojas. También su Friso de Beethoven, de 1902, causó mucha controversia, porque se podía ver vello púbico.
Pinturas con paisajes veraniegos en Attersee
Menos conocidas son las pinturas con paisajes, que creaba anualmente en Attersee, un distrito montañoso de Austria. Entre 1900 y 1916, el pintor viajaba con regularidad a la región, donde llegó a pintar 50 cuadros. Con motivo del 150 aniversario del pintor en 2012, en Attersee se inauguró el Centro Gustav Klimt. Uno de los motivos más recurrentes, como no podía ser de otra manera: el castillo.
El girasol
Klimt no solía hacer bocetos antes de plasmar la naturaleza en sus cuadros. Pintó "El girasol" en 1907. El cuadro estuvo durante mucho tiempo en manos de un coleccionista privado, Peter Parzer. Este murió en 2010 y en su testamento dejó este y otros cuadros al Museo Bevedere. Ahora dicho centro cuenta con 24 obras de Klimt.
Sonja Knips y un mar de tul
Klimt no ganaba poco con sus pinturas: 20.000 coronas pagaban los señores de la gran burguesía para que sus esposas posaran como si fuesen joyas. En esa época, por el doble de dinero, se podían comprar una mansión amoblada. La imagen insinúa como Klimt se alejaría del realismo de sus obras más tempranas.
La dama de oro
Cuando pintó a la esposa de un fabricante de azúcar, Adele Block-Bauer, su marido nunca se imaginó que el cuadro se vendería, casi 100 años más tarde, por un precio récord: 135 millones de dólares. Su comprador fue Ronald Lauder.
El beso
Su período gorado le dio fama internacional. La inspiración la tuvo durante un viaje a Ràvena, donde pudo admirar los dorados mosaicos bizantinos en las iglesias. "El beso", de 1908, es de seguro el cuadro más famoso de esa fase. Hoy se cuenta entre los motivos más reproducidos en la historia del arte.
Klimt y las mujeres
Dánae, una figura de la mitología griega fue un motivo popular para los artistas en 1900. Klimt también la inmortalizó en uno de sus cuadros más famosos. Se desconoce si el pintor tenía una relación amorosa con la modelo. Con tres mujeres tuvo hijos. También con algunas clientes de la gran burguesía tuvo romances, pero nunca llegó a casarse.
Muerte temprana
Aunque sus cuadros gozaban de excelente reputación, el Ministerio de Educación de Viena rechazó cuatro veces nombrarlo catedrático de la Academia de Bellas Artes. Por lo menos, fue miembro honorario en 1917, casi cuatro meses después de su muerte. Tras una embolía cerebral, Klimt falleció el 6 de febrero. Su arte sigue siendo omnipresente.