El misterio de Galápagos: ¿Qué sucedió en la isla Floreana?
30 de agosto de 2024¿Alguna vez ha pensado en dejar todo atrás y empezar de nuevo en una isla remota?
A principios de la década de 1930, un grupo de europeos, en su mayoría alemanes, lo hizo. ¿Su destino? Floreana, una isla entonces deshabitada en Galápagos frente a la costa de Ecuador.
Hasta allí viajaron dos parejas y después un tempestuoso trío en busca de su paraíso personal, pero acabaron siendo noticia mundial por sus rencillas, hazañas y, en algunos casos, extrañas muertes o desapariciones.
En busca del paraíso
La primera pareja de buscadores de utopías que desembarcó en Floreana fue la del médico alemán Friedrich Ritter y su paciente y compañera Dore Strauch. Se mudaron a la isla en 1929. Para prevenir cualquier problema dental, a Ritter le extrajeron todos los dientes y los reemplazaron por dentaduras postizas de acero inoxidable, que la pareja eventualmente compartió. Fueron apodados "Adán y Eva" por la prensa.
El veterano de la Primera Guerra Mundial, Heinz Wittmer, que había trabajado con el alcalde Konrad Adenauer en el ayuntamiento de Colonia, estaba preocupado por la economía alemana en medio de una depresión global y por la salud de su hijo adolescente. Convenció a su esposa embarazada, Margret, para que se mudara a Floreana en 1932. Más tarde, dio a luz a su hijo Rolf, del que se dice que fue la primera persona nacida en la isla.
Luego vino el trío que puso patas arriba la ya tensa situación de los demás: la baronesa Antonia Wagner von Wehrborn Bosquet, nacida en Austria, y sus dos amantes alemanes, Rudolf Lorenz y Robert Philippson. Ella quería construir un hotel de lujo llamado "Hacienda Paraíso" para viajeros adinerados. Además de apoderarse de las escasas fuentes de agua dulce de la isla, interceptó el correo entrante y acaparó entregas de alimentos destinadas a los demás; incluso se declaró "emperatriz de Floreana".
La verdad, más extraña que la ficción
Más tarde ocurrieron muertes inexplicables, incluida la del supuesto vegetariano Ritter, que murió después de haber comido pollo contaminado que Strauch, de quien había abusado físicamente, le había dado de comer. La baronesa y Philippson, que planeaban mudarse a Tahití después de que sus sueños de hotel fracasaran, desaparecieron sin dejar rastro. El cuerpo de Lorenz fue encontrado en otra isla; se cree que murió de sed por la falta de agua dulce en el lugar. Sólo los Wittmer se quedaron allí. Hoy, sus descendientes dirigen un hotel en Floreana.
En busca de la felicidad
A pesar del paso del tiempo, las hazañas del grupo han seguido siendo tema para la prensa, escritores y cineastas. Se les dedicó un episodio en el podcast "Dark Histories" de Spotify en 2022 y, en septiembre de este año, se publicarán un libro y una película.
"Creo que el sueño de estos emigrantes era universal y atemporal. ¿Quién no ha querido abandonar su vida e intentar construir una utopía, tratar de encontrar algo mejor, intentar llegar muy lejos en la búsqueda de la felicidad? Para mí, no era una historia americana ni europea, sino una historia humana", explicó a DW la autora estadounidense Abbott Kahler.
Es la escritora de "Eden Undone — A True Story of Sex, Murder and Utopia at the Dawn of World War o "El Edén inacabado: una historia real de sexo, asesinato y utopía en los albores de la Segunda Guerra Mundial", que se publicará a finales de septiembre. La obra de no ficción repasa las historias del grupo utilizando extensos materiales de archivo, memorias, diarios y cartas.
Una feminista apodada 'bragas locas'
Kahler descubrió su historia por casualidad. Había estado investigando para un libro diferente cuando se topó con un recorte sobre "una baronesa que se había apoderado de la isla Floreana en Galápagos. Sus esclavos del amor están encadenados. Es una mujer conocida como 'bragas locas'”.
La experiodista policial, autora de cuatro obras narrativas de no ficción entre las más vendidas del New York Times, quedó intrigada. A medida que profundizaba en sus historias de fondo, quedó sobre todo fascinada con la baronesa: "Era feminista, en el sentido de que no tenía miedo de perseguir lo que quería. No le importaba lo que nadie pensara de ella. No tenía ninguna de esas nociones sobre cómo debían compontarse las mujeres 'adecuadas' en aquella época. Y por eso la admiraba mucho", explicó Kahler.
Revisando el Edén
Kahler conoció a la hija y nieta de Margret Wittmer en Floreana y visitó los lugares donde vivieron los emigrantes.
"Simplemente me dio aún más respeto por estas personas por intentar hacer lo que hicieron y construir una vida allí, porque era muy agotador física, emocional y mentalmente", dijo.
Kahler explicó que los colonos habían ido a Galápagos sin esperar que otros se unieran a ellos. Y cada uno iba allí cargando sus propios demonios internos: "Creo que si realmente quieres ser feliz en una isla desierta, tienes que estar solo. No puedes llevarte a nadie contigo".
(rmr/ers)