Fundaciones en Alemania: ayudar a ayudar es progresar juntos
11 de octubre de 2009En tiempos de vacas flacas también los Gobiernos tienen que ahorrar. Pero ni siquiera en años de cajas boyantes un Estado puede satisfacer todas las necesidades. Por ello es tan importante la iniciativa ciudadana y empresarial que crea fundaciones a favor de la comunidad.
Georg Karg, por ejemplo, propietario de una cadena de tiendas, creó en 1972 la Fundación Frankfurter Hertie-Stiftung y la promueve con unos 20 ó 30 millones de euros anualmente. Dicha fundación, con sede en Fráncfort, desarrolla proyectos científicos y sociales. La deducción de los impuestos del dinero donado es un buen aliciente para donar y ayudar a ayudar.
La ONG "Start" es una de las favorecidas, gracias al compromiso social de Georg Karg. Start acoge a niños de familias de inmigrantes. Así es como Leila, de Azerbaiyán o Milan, de Croacia, reciben dinero para su libros y una computadora, además de importantes informaciones sobre la sociedad alemana dentro de la que aspiran progresar. "Nosotros somos inmigrantes de varios países, de otras culturas. Al principio éramos vistos como extranjeros. Ahora nos hemos integrado. Asi tenemos una base en la que somos iguales", dice Milan. Para Leila, justicia significa "igualdad de oportunidades" que la Fundación Hertie hace realidad.
Ayudar a quienes hoy lo necesitan: inversión en el futuro
Hamburgo, por su parte, es sede de más de 1.000 organizaciones no gubernamentales con los más diversos fuertes: "Algunas atienden a niños y familias con problemas o deficiencias sociales y organizan grupos de danza o recolectan dinero para la protección de los animales", dice Nina Wagner, de la alcaldía de Hamburgo.
La flexibilidad de las fundaciones permite ampliar el horizonte de sus tareas: ciencias, música, historia, asistencia de enfermos y ancianos. En los próximos 25 años el número de fundaciones se podría cuadruplicar, auguran expertos. Demostración de que hay, cada vez más ciudadanos alemanes que quieren comprometerse con el desarrollo de la sociedad compartiendo sus ganancias.
Fundaciones generan cadena de iniciativas privadas
La Fundación Alfred-Töpfer, de Hamburgo, apoya la cultura europea y concede, cada año, uno de los premios a la cultura mejor dotados de Europa: el Premio Cairo. Timea Junghaus, fue la ganadora en 2008. Proveniente de Hungría y miembro de la minoría gitana, se ha dedicado a coleccionar obras de arte de su etnia. Una selección de ellas fue expuesta en la Bienal de Venecia.
"Nuestro pueblo carece de toda infraestructura y preparación artística para fomentar y preservar su arte: no tenemos galerías, no tenemos museos, ni educación académica. Tenemos mucho por hacer", advierte Junghaus.
Ahora lo que se propone Junghaus es que algún museo, galería o fundación muestre permanentemente las obras "roma" de su pueblo. Así, confía Timea Junghaus, "se ayuda a los artistas y al público que obtiene informaciones importantes sobre la expresión cultural y artística de los gitanos en Europa.
Actuar, no esperar a que el Estado de órdenes
De esta forma, del apoyo de una iniciativa surge otra, generando una dinámica positiva y necesaria en una sociedad libre que no espera órdenes… ni ayuda del Estado. Así han surgido miles de las fundaciones que hoy enriquecen la vida en Alemania. Como dijera el escritor germano Erich Kästner: "No hay nada bueno. A no ser que uno mismo lo haga."
Autores: Ute Hempelmann / José Ospina-Valencia
Editora: Claudia Herrera Pahl