Las terapeutas populares encuentran en la ayuda a otros la oportunidad de sanarse a sí mismas. Décadas de conflictos armados han marcado a la población rural e indígena de Colombia. Desplazamientos, violencia y recientemente, la pandemia del coronavirus son factores que afectan la salud mental de las comunidades indígenas. Estas mujeres provenientes de distintas regiones colombianas, se han formado como terapeutas populares y realizan los primeros auxilios psicológicos "para activar los recursos propios que tiene cada ser humano” y ayudar a sanar a aquellas personas migrantes, que, como ellas, han vivido en carne propia los estragos de la violencia. "La palabra te enseña, te instruye”, nos dice Ruth Uriana, lideresa comunitaria y terapeuta popular, una frase que ilustra la esencia de su lengua natal, el wayúu. Las terapeutas populares encuentran en la ayuda a otros la oportunidad de sanarse a sí mismas. La migración venezolana también supuso un reto para estas comunidades, quienes se propusieron acoger y apadrinar a los migrantes e integrarlos a su forma de vivir.