El CESDER comenzó como una pequeña organización no gubernamental en una comunidad indígena nahuatl en el Municipio de Zautla. Hoy día se ha convertido en un gran árbol ramificado que abarca desde el trabajo comunitario y la defensa de los derechos ancestrales frente a las industrias extractivas hasta el desarrollo sostenible de la región, la formación y la educación. La profesora Irma Estela Aguirre está convencida de que la educación no se puede desligar de las condiciones de vida de sus alumnos. Para poder educar y formar a la población rural hay que garantizar su acceso a la sanidad, una alimentación sana y unos ingresos dignos. Por ello Irma comenzó a empoderar en especial a las mujeres, dándoles herramientas para mejorar su situación y la de sus familias. Entiende su trabajo como parte de la defensa de la naturaleza, los territorios y los Derechos Humanos. Un trabajo que está enmarcado dentro del objetivo del CESDER de crear proyectos colectivos que generen felicidad.