Floración de los cerezos regresa a Bonn en medio de la pandemia
El espectáculo de fama mundial en la antigua capital de Alemania coincidió este año con la Pascua. Pero el número de visitantes fue mucho más bajo de lo normal, ya que el acceso está restringido debido al coronavirus.
El marco perfecto para un paseo romántico
El casco antiguo de Bonn (Altstadt) alberga unos 300 cerezos en flor, que se plantaron en gran parte a finales de la década de 1980. Originalmente, la ciudad tenía la intención de plantar árboles de espino, pero en ese momento no pudo conseguirlos. Los cerezos fueron una solución un poco improvisada, pero con un efecto duradero.
Tiernos comienzos
Cada primavera, todo comienza con pequeños brotes que emergen una mañana. Entonces los lugareños empiezan a apostar sobre cuánto tiempo tardarán los árboles en florecer y llegar a toda su magnificencia. Una vez que los primeros pétalos comienzan a abrirse adecuadamente, generalmente es solo cuestión de días hasta que toda el área antigua de Bonn se transforme en un mar de color rosa.
Primeros pétalos en el casco antiguo de Bonn
Algunas de las flores tardan un poco más que otras en abrirse, ya que hay diferentes variedades plantadas en la Altstadt de Bonn. Además, algunas calles reciben más sol que otras, lo que provoca retrasos en algunas áreas, mientras que otras calles pueden estar ya en plena floración. Los pétalos generalmente comienzan a mostrarse en algún momento a finales de marzo o principios de abril.
El impredecible equilibrio de la naturaleza
Sin embargo, no se puede saber cuánto tiempo durará la floración. Las noches heladas de primavera podrían transformar fácilmente estas bellezas rosadas en pétalos marrones marchitos prácticamente de la noche a la mañana. El clima en la región puede ser particularmente impredecible en esta época del año, y las flores de cerezo son muy sensibles a influencias externas, especialmente a la lluvia.
La puerta de entrada al reino de los cerezos
La calle Heerstrasse se convierte en la dirección más famosa de la zona cada primavera, al mostrar su portal de flores de cerezo cada año. Incluso ha sido nombrada una de las 10 calles más bellas del mundo, donde hay cafés, bares y galerías de arte que la convierten en un barrio entretenido. Otra calle local, la Breite Strasse, también es conocida por lucir sus bellezas rosadas cada primavera.
Colores, sombras y matices
Hasta 2012, la floración anual de Bonn fue un punto culminante regional del año. Más tarde, varias cuentas de Facebook e Instagram la transformaron en un evento internacional imperdible. La guía de viajes de Lonely Planet incluso nombró a Bonn como una de las 10 mejores ciudades para visitar en 2020, pero luego llegó la pandemia de coronavirus.
Garantizar la seguridad en la pandemia
Con la pandemia de coronavirus, ahora en su segundo año, la ciudad de Bonn pidió amablemente a los visitantes que esta temporada no vinieran a ver los cerezos en flor. Las autoridades locales están patrullando las calles para evitar que se formen grupos de personas y para dispersar concentraciones más grandes. En todo caso, todos deben usar mascarilla si están cerca de la ciudad antigua.
Floración de Pascua
La floración de los cerezos normalmente culmina con un festival en las pintorescas calles adoquinadas de la Altstadt. Incluso hay un cóctel local elaborado con auténticos pétalos de flor de cerezo. Pero en 2020 y 2021 la gente no pudo darse a ese placer. Al menos este año, el florecimiento de los cerezos trajo algunos huevos de Pascua.
Sembrando semillas para el futuro
En 2019, Bonn reemplazó 30 árboles que habían comenzado a marchitarse. La autoridad local de turismo también quiere asegurarse de que, una vez que termine la pandemia, la gente regrese para maravillarse con los hermosos túneles que forman los cerezos en flor. En los años previos a la pandemia, hubo un aumento anual de visitantes que venían a la excapital alemana solo para admirar el espectáculo.
Esto también pasará
Los cerezos provienen de Japón, donde se las conoce como "sakura". El acto de apreciar los árboles es "hanami", un término que se volvió familiar entre los habitantes de Bonn. En Japón, la floración se considera un presagio de cambio y un recordatorio de la impermanencia. Al igual que la floración de cerezo en sí, las restricciones actuales también terminarán algún día. Y florecerán cosas nuevas.