¡Feliz cumpleaños, Luis II!
Este 25 de agosto Luis II cumpliría 170 años de edad. He aquí algunos de sus castillos y refugios, producto de su fantasía y locura.
Castillo Neuschwanstein
En 1868, a los 23 años de edad y llevando apenas cuatro en el cargo, Luis II diseñó el castillo de Neuschwanstein, hoy el más famoso palacio de Alemania. Siguiendo el modelo de un castillo de un caballero medieval, la edificación se alza sobre un terrero rocoso en las montañas de Allgäu, cerca de la ciudad de Schwangau. 1,4 millones de turistas de todo el mundo visita Neuschwanstein, cada año.
La Sala de los Cantores
La mayor sala en el castillo de Neuschwanstein es la Sala de los Cantores. Inspirada en el original, la Sala de los Cantores de Wartburg. Luis lo decoró con escenas de leyendas medievales. Un entorno verdaderamente real para grandes fiestas y eventos musicales.
Castillo Linderhof
El castillo favorito del misántropo monarca era, sin embargo, otro: Linderhof, el más pequeño de sus tres castillos. En realidad, aquí quiso construir una imitación de Versalles. Sin embargo, el terreno era demasiado pequeño. En su lugar, hizo un pequeño palacio en estilo rococó.
La Gruta de Venus
Luis II dedicó también en Linderhof un espacio especial para la música. Con la diferencia de que a la Gruta de Venus sólo tenían acceso él y sus más cercanos. Aquí, el melancólico rey disfrutaba de recitales privados de ópera. La cueva artificial con el lago y la cascada representan el primer acto de la ópera "Tannhauser”, de Wagner. Luis II fue ardiente seguidor de Richard Wagner.
La Sala Turca
Todo el primer piso de la Casa Real de Schachen está construída en un pomposo estilo oriental. Aquí, el rey Luis II celebraba sus cumpleaños. Y su santo, que es el mismo día (25 de agosto, San Luis rey de Francia, por Luis IX, que reinó en ese país seis siglos antes). En armonía con el ambiente, los invitados llegaban disfrazados de califas y sultanes.
Isla de las Rosas
A Luis II le encantaban los lugares solitarios, como la Isla de las Rosas, en el lago Starnberg. Su padre Maximiliano II tenía allí una casa de verano llamada el "Casino". Una casa rodeada por parques, cuyo centro es un jardín de rosas.
Castillo Herrenchiemsee
Otra isla, otro castillo: en 1873, el rey Luis II compró la Isla de los Caballeros, die Herreninsel, en el Lago Chiemsee. El monaca alemán diseñó aquí un "Templo de la Fama", como homenaje a su ídolo: Luis XIV, el Rey Sol. Un Versalles en Baviera que no pudo ver terminado, pues murió en 1886.
Salón de los Espejos
Como una copia perfecta del palacio de Versalles, el Herrenchiemsee tiene un Salón de los Espejos. Casi cien metros de largo, con 17 ventanas y sus correspondientes espejos arqueados. Además, 33 lámparas de techo y 44 candelabros de pie. Este espacio es hoy la mayor atracción del palacio, que con sus 98 metros de largo, tiene incluso siete más que Versalles.
Castillo Nymphenburg
Este castillo no lo hizo construir Luis II. Pero aquí comenzó todo: aquí nació este rey de cuento de hadas. Alrededor de 300.000 visitantes acuden cada año a ver el recinto en donde el rey vio la luz del mundo por primera vez.