Esoterismo para la salvación del mundo
23 de julio de 2004Prominentes figuras de la política, el arte, la ciencia y los negocios participan en el dudoso proyecto. Entre sus cincuenta miembros honorarios, figuran famosos mundialmente como el Dalai Lama, Michail Gorbatchov, Paulo Coelho, Zubin Mehta, Desmond Tutu, Jane Godall y Oscar Arias, entre otros.
Todos ellos quieren salvar a la humanidad de la autodestrucción a través de una transformación de la conciencia y pregonan un Plan Marshal global para combatir las calamidades de nuestro tiempo: el hambre, el cambio climático, la explosión demográfica y las guerras. Estos problemas pronto serán cosa del pasado.
¿Millonario negocio?
Aunque los objetivos despierten simpatías, no así los medios para conseguirlos. La autoproclamada “Planet Life University”, fundada el pasado 20 de junio con bombos y platillos, no tiene de universidad nada más que el nombre. Se trata más bien, dicen críticos, de una iniciativa comercial y esotérica para acceder al millonario mercado del ‘New Age’.
Detrás de ‘Planet Life University’, se encuentra el llamado Club de Budapest, una asociación civil fundada para promover una cultura de responsabilidad global y desarrollar una ‘conciencia planetaria’ para cambiar el mundo. Los estudiantes de dicha Universidad podrán obtener desde licenciaturas hasta diplomados, maestrías y doctorados. Sin embargo en el lugar no se imparten clases, hasta ahora es tan sólo un centro de simposios y seminarios. Los términos "universidad" o "university", están protegidos en Alemania jurídicamente y de no tener un proyecto hacia finales de julio del 2004, la organización tendrá que prescindir del título.
Entre brujos y curanderos
Entre los directivos del Club de Budapest, figuran oscuros personajes que prometen curas a larga distancia a través del campo metafísico. Las tendencias espiritistas de algunos de sus miembros como Fiona Montagu of Beauliou se nutren de la llamada “Wisdom School” –escuela del conocimiento-, que no es otra cosa que magia blanca. Dicha escuela parte de los preceptos de la teósofa Alice Ann Bailey, fundadora de la organización “Lucis Trust” (Fundación Lucifer), que difunde las tesis de un maestro secreto, el tibetano Djwhal Khul, para alcanzar un nuevo orden mundial. Bailey afirma que accedió a este plan a través de comunicaciones telepáticas con el iluminado tibetano. Por lo demás, la organización se opone al materialismo científico y a toda teología dogmática, especialmente la cristiana, considerada sumamente perniciosa.
El saco del esoterismo
El presidente del Club de Budapest, Ervin Laszlo, quien figura también como presidente de la universidad, propaga un sistema filosófico, algo así como un catálogo de preceptos para salvar el mundo. También ha desarrollado una terapia familiar basada en las teorías de Bert Hellinger, el gurú esotérico más influyente en Alemania. Su propuesta para resolver conflictos familiares a través de puestas en escena que repiten los dramas vividos, es vista como un ‘espinoso’ camino de sumo peligro para personas débiles psíquicamente.
Hasta las ideas de la nueva extrema derecha alemana, encabezada por figuras como Sigrid Hunke, una de los íconos del movimiento, caben en el saco del esoterismo. El Secretario General del Club de Budapest, el alemán Peter Spiegel, publicó las obras de Sigrid Hunke en su editorial “Horizonte Verlag”. Todo esto no parece asustar a algunos políticos alemanes de renombre, como Hans Dietrich Genscher, ex-ministro alemán del Exterior, ni a la ex-presidenta del parlamento Rita Süssmuth. Ambos figuran entre los miembros honorarios de la universidad para cambiar la conciencia planetaria.