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Esfuerzos por destrabar la crisis siria

9 de junio de 2012

Kofi Anann promueve la formación de un grupo de contacto para gestionar una solución en Siria. La polémica surge sobre si Irán debe formar parte. Por otro lado, siguen los movimientos diplomáticos en torno a la región.

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NEW YORK, June 7, 2012 Kofi Annan, the UN-Arab League joint special envoy for Syria, addresses the UN General Assembly on the latest situation in Syria at the UN headquarters in New York, June 7, 2012. (Xinhua/Shen Hong
Kofi AnnanImagen: picture alliance / ZUMAPRESS.com

Incluso el propio Kofi Annan reconoce que su plan de paz para Siria ha fracasado. Tras la infructuosa reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, Annan quiere involucrar ahora a los países con derecho a veto y a los Estados de la región para tratar de resolver el conflicto. Francia ya ha manifestado su disposición a ello.

Annan cree que la creación de un grupo de contacto para Siria en el que estén implicados todos los países influyentes de la región, podría tener alguna influencia tanto en el Gobierno como en la oposición siria. El problema reside en si se debe incluir en él a Irán. Susan Rice, embajadora de EE. UU ante la ONU, rechazó contundentemente la idea de Annan al respecto, argumentando que Irán es parte del problema y apoya activamente al Gobierno del presidente Bachar el-Asad en la violenta represión de los opositores al régimen.

La diplomacia de Libia durante la crisis siria

Erik Mohns es experto en política y sociedad sirias en el Centro de Estudios Contemporáneos de Oriente Medio, en la Universidad de Odense, Dinamarca. Entre los años 2006 y 2008, el politólogo impartió clases en la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad de Kalamoon, institución privada situada cerca de Damasco. 

Erik Mohns es escéptico en cuanto a que cese pronto la violencia en Siria
Erik Mohns es escéptico en cuanto a que cese pronto la violencia en Siria.Imagen: privat

Mohns señala que Rusia ya trabaja entre bastidores para lograr una solución que también implique a Irán. Sin embargo, la solución por la que apuesta Moscú tampoco tiene perspectivas de éxito, pues es difícil que EE. UU. se siente en una mesa con representantes de Irán para planificar el futuro de Siria.

Pero no solo Rusia mueve hilos en relación con Siria. El primer ministro libanés, Najib Mikati, se reunió a principios de junio en Estambul con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, con el fin de discutir la situación en la región. Y, según Mohns, en fechas recientes, el presidente libanés mantuvo un encuentro en Riad con Abdalá, el rey saudí. “Para mí, ese es un indicio claro de que en el Líbano también se espera el fin del régimen de el-Assad. Si pensaran que al Gobierno sirio todavía  le queda tiempo en el poder, nunca se hubiera atrevido a mantener conversaciones directas con Arabia Saudí, acérrimo enemigo de Siria”, opina Mohns.

Armas para el cambio de régimen

Es un secreto a voces que Arabia Saudí, al igual que Catar, suministra armas a los rebeldes sirios con el fin de derrocar al Gobierno de el-Assad y su aliado, Irán. Con ello lograrían que mermara la influencia del Gobierno de Teherán sobre la región. Según Volkes Perthes, de la Fundación Ciencia y Política, desde hace unas tres décadas existe una simbiosis geoestratégica entre Irán y el régimen de el-Assad. “Para Irán es importante tener acceso a través de Siria hacia el Líbano y la frontera con Israel", dice Perthes.

La situación actual en Siria difiere poco a la de una guerra civil
Según el experto Erik Mohns, la situación actual en Siria difiere poco a la de una guerra civil.Imagen: AP

“En el actual conflicto sirio, los Estados árabes del Golfo persiguen objetivos similares a los de sus aliados en Occidente”, recalca Mohsn. “No hay duda de que, tanto Europa, como EE. UU. y los Estados del Golfo Pérsico desean un cambio de régimen en Damasco”, dice. Para lograr este objetivo, no solo se apoya a la oposición siria con armas. Según el analista, es muy probable que también suministren a los rebeldes información recabada por los servicios secretos.

Pocas probabilidades de que llegue una solución del exterior

En la esfera diplomática, se señala que se debe evitar a toda costa una guerra civil en Siria. Pero, según Mohns, lo que ahora mismo sucede en el país se diferencia poco en realidad de un conflicto civil. Este experto ve pocas posibilidades de que llegue una fórmula política del exterior que ponga fin a la violencia. Más bien cree que “el Gobierno aún puede durar meses o años en el poder y el conflicto continuará”.

Volker Perthes, por su parte, considera que Rusia  es clave para evitar que Siria se sumerja en el caos: “Mientras el-Assad y su entorno no se den cuenta de que Rusia  guarda en realidad las distancias con su Gobierno, no se sentirán completamente aislados. Ante la pérdida parcial de visión de la realidad que padece el presidente, ayudaría que alguien del exterior en quien confíen se atreva a decirles que el juego ya se ha terminado”.

Erik Mohns es más bien escéptico. Incluso en el hipotético caso de llegara una solución como la yemenita a Siria y que el-Assad marchara al exilio, no cree que con ello se acabara el conflicto. Al contrario, teme una guerra civil que dure años. A día de hoy, ya se pueden observar en Siria signos típicos de un Estado en guerra civil: ascenso de la criminalidad, secuestros, instauración de estructuras mafiosas y emigración de los sirios más ricos y cultivados al extranjero.

Autor: Thomas Kohlmann/MS
Editora: Emilia Rojas