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¿Es suficientemente humano el sistema de salud alemán?

Alois Berger / Naomi Conrad / EL3 de mayo de 2013

En Alemania hay cientos de miles de personas que no cuentan con seguro de gastos médicos. Por ello a menudo se les niega el tratamiento. Organizaciones médicas piden normativas más humanas en esta materia.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Al principio, Mariana Santos trató de ignorar el dolor. Pero el sistema alemán de salud casi acabó por costarle la vida. El médico de urgencias que acudió al llamado de la joven brasileña en la ciudad de Kalrsruhe, se negó a atenderla. “Yo no estaba asegurada y debía pagar 400 euros”, cuenta Mariana. “No tenía tanto dinero a la mano”.

La muchacha se trasladó en taxi al hospital, donde la esperaba un problema aún mayor. “Me pidieron 400 euros por los exámenes, 300 euros por el tratamiento, y 400 más por los medicamentos. Todo por adelantado”, recuerda. Mariana se retorcía de dolor y apenas podía caminar, pero no logró ser atendida por los médicos. Abandonó el hospital, y casi no vivió para contarlo.

Si falta la tarjeta médica, sólo queda el dinero contante y sonante.
Si falta la tarjeta médica, sólo queda el dinero contante y sonante.Imagen: Fotolia/PhotographyByMK

Cuestión de costos

Se trató quizá de un caso extremo, pero de ninguna manera único. En Alemania, los médicos están obligados a atender casos de urgencia, incluso cuando el paciente no cuenta con seguro de gastos médicos. Los costos pueden ser asumidos por las dependencias gubernamentales del sector social.

Pero varían demasiado los criterios en cuanto a qué es específicamente un caso de urgencia, y qué no. Muchos médicos y hospitales se niegan a evaluar los casos como urgentes, por miedo a asumir los costos, sobre todo en situaciones que involucran a extranjeros que no cuentan con seguro de gastos médicos.

A ello se aúna la inseguridad en cuanto a reportar tales casos. Las leyes exigían hasta hace poco que los médicos informaran a las autoridades migratorias sobre cualquier persona sin residencia legal en el país que acudiera a los consultorios.

Esta norma cambió en 2009 y hoy los médicos pueden atenerse al secreto profesional también en estos casos. La nueva ley, sin embargo, no especifica los alcances de dicha confidencialidad, ni establece si ésta incluye también al personal médico de apoyo.

Más vale enfermo que deportado

La Comisión de Ética de la Cámara Federal de Médicos Alemanes demanda un marco legal más flexible. “No podemos aceptar que personas con trasfondo migratorio busquen ayuda demasiado tarde por el solo temor a ser expulsadas del país, o por carecer de seguros médicos”, dijo recientemente en conferencia de prensa Ulrich Clever, encargado de derechos humanos en dicha organización.

Tanja Krones, de la propia Comisión de Ética, propone que el Estado asuma los costos, de modo tal que se garantice al mismo tiempo el anonimato de los pacientes. “Una solución sería la credencial anónima, como sucede ya en los países escandinavos”, dice. Lo más importante es, desde su punto de vista, evitar cualquier conexión entre el tratamiento médico y una posible deportación.

La citada comisión estima que en Alemania viven entre 200.000 y 600.000 personas que no cuentan con seguro de gastos médicos. Entre ellas se cuentan inmigrantes en proceso de deportación y cuyo paradero se desconoce, extranjeros a los cuales les fue negada la solicitud de asilo, personas sin nacionalidad, y también niños cuyos padres no tienen resuelta la residencia legal. Además, hay ciudadanos de la Unión Europea, sobre todo de Bulgaria y Rumania, que no están asegurados y que trabajan de forma ilegal; por ejemplo, en la industria de la construcción o en labores de apoyo doméstico.

El servicio para migrantes de la Orden de Malta, en Berlín.
El servicio para migrantes de la Orden de Malta, en Berlín.Imagen: picture-alliance/dpa

Ayuda valiosa, pero insuficiente

En algunas ciudades existen organizaciones como Medinetz o los servicios de asistencia social para inmigrantes de la Orden de Malta, en los cuales personas no aseguradas pueden recibir tratamiento anónimo y gratuito. Pero esto no evita que algunas personas tarden demasiado en buscar ayuda.

“Hay pacientes que esperan a que una tos se transforme en neumonía”, dice Klaus Walraf, quien labora en los servicios sociales de la Orden de Malta en Alemania. “Vienen sólo cuando se han percatado de que sus fracturas no sueldan bien y se dan cuenta de que la ayuda médica es imprescindible”.

Las organizaciones caritativas atienden a cientos de miles de casos como estos. Pero no alcanzan a cubrir todos. Desplazados que hacen labores de cosecha en el campo tienen poca oportunidad de ser atendidos.

Muertes innecesarias

Casos como el de Mariana Santos, a quien le fue negado el servicio médico a pesar de padecer agudos dolores, son la excepción, considera la Cámara Federal de Médicos Alemanes. La joven brasileña viajó a su país, donde le fue diagnosticada una inflamación de la vejiga. La infección había llegado hasta los riñones. “El tratamiento no podía tardar más”, recuerda. “Otro día de tardanza podía haber resultado fatal”.

No todos tienen tanta suerte. Clever recuerda un caso ocurrido en Friburgo. Una mujer originaria de Macedonia se presentó en un hospital con un cuadro de cáncer en el útero que podía haber sido atendido a tiempo. Pero nadie asumió el tratamiento de la paciente, por no contar ésta con residencia legal. La muerte innecesaria de esta inmigrante es una de las causas por las cuales Clever lucha hoy por un sistema de salud más humano en Alemania.

Autor: Alois Berger / EL

Editora: Emilia Rojas-Sasse