Envejecimiento afecta a las brigadas de bomberos alemanes
26 de agosto de 2019Al igual que el cambio demográfico está transformando a la sociedad alemana, el envejecimiento de la población también está afectando a sus más de 22.000 cuerpos de bomberos voluntarios. La Asociación Alemana de Bomberos (DFV, por sus siglas en alemán) ha registrado una disminución constante en el número de bomberos voluntarios en años recientes: mientras que alrededor de 1.070.000 personas pertenecían a cuerpos de bomberos voluntarios en el año 2000, en 2016 esa cifra se redujo a 995.000, según la DFV.
Eso no importaría mucho si la lucha contra los incendios fuera solo un hobby. Pero aquí los voluntarios son indispensables, tanto para las ciudades como para el campo. Sólo Austria tiene un sistema similar de dependencia de los voluntarios.
"Es un tesoro lo que tenemos en Alemania, y se da por sentado", dice Carsten-Michael Pix, de la DFV en Berlín. "En cada rincón de Alemania hay un cuerpo de bomberos voluntario, que por sí solo no puede hacer mucho, sin embargo, la suma de muchos cuerpos pequeños de bomberos es lo que vale".
De hecho, Alemania no ha experimentado incendios forestales masivos y fuera de control, como ha sido el caso en otros países, añade Pix. Esto gracias a la amplia cobertura de los cuerpos de bomberos voluntarios. Incluso en las zonas más remotas del país, los bomberos no están lejos. Pero a medida que los voluntarios alcanzan la edad de jubilación y se retiran, a los bomberos les resulta más difícil atraer sangre nueva. Algunos han tenido que cerrar debido a la falta de personal.
Los tiempos han cambiado
"El departamento de bomberos voluntarios es un espejo de la sociedad: la sociedad alemana también se está reduciendo y está luchando con los mismos problemas que nosotros", subraya Pix.
"Otro argumento es que los intereses de la gente pueden no ser lo que eran hace 50 años o más", dice, "el cuerpo de bomberos es similar al de un club, no es tan popular como antes y la gente no quiere comprometerse a largo plazo".
La disminución del número de bomberos es grave, principalmente en las zonas menos pobladas del país, donde los puestos de trabajo pueden ser escasos y los jóvenes se ven forzados a migrar tras terminar sus estudios. Sin embargo, no es un problema menor en las ciudades: allí la gente tiende a suponer que el trabajo de bombero es remunerado, dice Frank Hachemer, vicepresidente de la DFV y presidente de la Asociación de Bomberos de Renania-Palatinado. Pero esto no es del todo exacto.
Mientras que las ciudades con más de 90.000 habitantes están obligadas a contar con un cuerpo de bomberos profesionales, todas ellas cuentan también con cuerpos de bomberos voluntarios, los que cooperan normalmente con los 31.000 bomberos remunerados, y son igulamente exigidos en cuanto a formación, equipamiento y experiencia.
Héroes locales
"Un cuerpo de bomberos profesional ya no puede funcionar sin voluntarios", señala, por su parte, Tobias Schaarschmidt, jefe de bomberos de St. Katharinen, una ciudad de 3.600 habitantes en Renania-Palatinado, a unos 35 kilómetros al sur de Bonn. "Se las arreglarán para cubrir el día a día, pero cuando hay un desastre a gran escala, como las recientes lluvias torrenciales en Bonn, ya no dan abasto"
Su brigada está formada por 34 personas, con un máximo de 40 y un mínimo de 28. Es uno de los nueve departamentos de bomberos del municipio y cubre 65 kilómetros cuadrados, desde el Rin hasta las colinas y valles que lo rodean. "Durante el día no encontrarás a nadie aquí", dice Schaarschmidt. A diferencia de una estación de bomberos profesionales, una voluntaria no es comandada, pero cuando el centro de control regional envía la alarma, los voluntarios dejan lo que están haciendo y corren a la estación para prepararse y ponerse en marcha. El año pasado, la brigada actuó en 65 casos. En promedio, realizan unas 60 operaciones al año.
Ser bombero voluntario es un compromiso importante, aunque no hay compensación económica. La brigada de St. Katharinen se reúne para entrenar y practicar dos noches a la semana. Los miembros nuevos aprenden lo esencial durante cuatro fines de semana. Con el avance de la tecnología, los bomberos deben tener cada vez más conocimientos especializados, participando en cursos de formación continua, desde el aprendizaje de técnicas de radiocomunicación, hasta el trabajo con un respirador o un traje especial para materiales peligrosos. La preparación física es necesaria: las mascarillas de respiración con las que los bomberos pueden entrar en espacios llenos de humo pesan hasta 15 kilos.
A menudo, los miembros de St. Katharinen provienen de familias de bomberos, y como es el caso de Schaarschmidt, empezaron en una brigada de bomberos juveniles. De esta forma, el cuerpo de bomberos voluntarios es una vía inmediata para integrarse a una nueva comunidad. Este es uno de los aspectos que Frank Hachemer busca aprovechar para reforzar el futuro de las brigadas. Su plan es solicitar que sean declarados Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, y afirma que la Asociación Alemana de Bomberos lo está considerando seriamente.
(ee/cp)
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