En el metro
24 de agosto de 2004Publicidad
En mis viajes en metro prefiero aislarme, leer a Cortázar y escuchar la música que bajé del Kazaa.
Para hoy "Rayuela" y hip-hop, una historia en París y algo del rapero "50 Cents" (no soy de los que escuchan a Britney Spears, seducidos con su sexo eternamente virginal).
Llego al andén luego de recorrer los pasillos y escaleras. En el camino, los carteles aununcian a un Brad Pitt en faldas como Aquiles de Troya y prometen "La casa de tu vida" con una hipoteca eterna.
Cruzo a los anónimos de siempre, las caras de hoy no son las mejores, anoche quedamos fuera de la Copa
Euro 2004, un destino que se repite como el horóscopo de un astrólogo sin estrellas.
Mientras espero, las cámaras de seguridad juegan al Gran Hermano y aparezco en las pantallas de TV
junto al informe del clima. De pronto se escucha el motor del tren y luego de una densa brisa subterránea quedo frente a una de las puertas.
Entro al vagón y me ubico cerca de la salida, siento que alguien me mira, inquieto hojeo rápidamente mi libro como quien busca hoteles en las páginas amarillas.
Finalmente decido levantar la vista, romper mi aislamiento e intentar conocerte.
Para hoy "Rayuela" y hip-hop, una historia en París y algo del rapero "50 Cents" (no soy de los que escuchan a Britney Spears, seducidos con su sexo eternamente virginal).
Llego al andén luego de recorrer los pasillos y escaleras. En el camino, los carteles aununcian a un Brad Pitt en faldas como Aquiles de Troya y prometen "La casa de tu vida" con una hipoteca eterna.
Cruzo a los anónimos de siempre, las caras de hoy no son las mejores, anoche quedamos fuera de la Copa
Euro 2004, un destino que se repite como el horóscopo de un astrólogo sin estrellas.
Mientras espero, las cámaras de seguridad juegan al Gran Hermano y aparezco en las pantallas de TV
junto al informe del clima. De pronto se escucha el motor del tren y luego de una densa brisa subterránea quedo frente a una de las puertas.
Entro al vagón y me ubico cerca de la salida, siento que alguien me mira, inquieto hojeo rápidamente mi libro como quien busca hoteles en las páginas amarillas.
Finalmente decido levantar la vista, romper mi aislamiento e intentar conocerte.