En compañía de robots humanoides
La vida en el futuro será compartida con andoides, no importa si es en 10, 20 ó 30 años. Expertos dicen que podrán limpiar un hogar, ser niñeras y tal vez incluso convertirse en auténticas amistades.
El hombre de hojalata
ARMAR-IIIA es el robot humanoide del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT). Este androide, que también cae dentro de la categoría de robots de servicios, podría mejorar la calidad de vida de muchas personas al encargarse de fastidiosas tareas como cargar o descargar el lavavajillas. Los expertos del KIT han logrado que este robot sea capaz de identificar los objetos que tiene frente a él.
La máscara
Con este robot se investiga en profundidad la comunicación cara a cara entre humanos y robots. Los Maskbots tienen la capacidad de responder a una persona cuando ésta les saluda. Constan de una máscara de silicón y un proyector. Los Maskbots podrán dar la bienvenida a las personas que entren a un museo o una feria, así como decirles dónde encontrarán las diferentes atracciones o exhibiciones.
Bioloid para principiantes
El Bioloid es el primer robot de los estudiantes de robótica de la Universidad Técnica de Múnich. Para todos aquellos que nunca han trabajado con robots, puede ser ésta la primera aproximación a un trabajo con los robots grandes como el iCub o el PR2. El cuerpo del Bioloid está cubierto de sensores que simulan la piel.
Comunicación niño-robot
Keepon es el nombre de este robot diseñado para interactuar con niños. No tiene brazos y no puede moverse. Sus cualidades especiales son sus ojos que son cámaras y la nariz que es en realidad un micrófono. Keepon es ideal para interactuar con niños autistas o con problemas para integrarse a la sociedad, pues saben que no invadirán su espacio personal.
Sala de juegos
Mientras que en Múnich la mayoría de las personas celebra en el Oktoberfest, un grupo de expertos en robótica en la Universidad de Múnich que trabaja en un cuarto que parece más un área de juegos. Su trabajo de cada día es lograr mejores y más hábiles movimientos de sus robots, así como aumentar su capacidad de aprendizaje y percepción del mundo a su alrededor.
Aún necesitan del humano
Karinne Ramírez, de la Universidad Técnica de Múnich (TUM), trabaja cada día con iCub. Este tipo de robots son los que interactuarán con los humanos en el futuro. Trabajarán como enfermeros para personas de la tercera edad o con discapacidad, así como también ayudarán en actividades cotidianas. Sin embargo, al estar apagado no es más que una máquina que no funciona sin la ayuda de un humano.
La columna vertebral de un robot
El cuerpo está cubierto de cables, cada uno de los cuales tiene una función específica, como ayudarlo a moverse. Los expertos del Instituto para Sistemas Cognitivos de la Universidad Técnica de Múnich se esfuerzan por comprender el cuerpo humano para reconstruir las funciones de éste en el robot.
Cordón umbilical
Para iCub no es posible vivir sin su “cordón umbilical”. Este cordón está conectado a una base donde se encuentran almacenadas todas sus funciones. Para que algún día logre ser autónomo, el equipo debe descubrir cómo mantenerlo en funcionamiento sin necesidad de cables. Cuando este problema sea resuelto, iCub será capaz de buscar una fuente de electricidad y recargar sus baterías por sí mismo.
También los robots tienen tendones
Las manos del iCub son la representación casi exacta de las manos humanas y tienen la suficiente fuerza para sujetar diversos objetos. Sus dedos son flexibles y están rodeados de cables que simulan tendones. Además, tiene sensores que sirven para simular el sentido del tacto.
Personal Robot 2
El PR2 fue construido por la empresa Willow Garage en el estado de California, en Estados Unidos. Andrew Ng fue el encargado de diseñarlo y pidió ayuda a sus amigos en Willow Garage para construirlo. El objetivo principal de PR2 es investigar las limitaciones del software de los robots humanoides.
Una mano que no hace daño
Los brazos del PR2 son suaves a la hora de moverse. Sus movimientos son lentos y no emiten ningún sonido como los de otros robots. PR2 es capaz de identificar si tiene a un humano entre sus manos. De ser así, su software no le permite apretar con fuerza e incluso está programado para soltar después de unos segundos a quien mantenga sujetado.
¿Ciencia o un juego?
Pareciera que en esta imagen no hay más que solo dos controles de videojuego. Sin embargo, estos controles indican qué brazo debe mover el robot PR2 y hacia dónde, o si debe avanzar o detenerse. PR2 está programado para trabajar rodeado de humanos y no lastimarlos. Tiene un láser y cuatro cámaras con las que puede identificar si hay una persona frente a él y debe frenar.
HEX-o-SKIN la piel del robot
A la hora de programar un robot es importante incluir algunos sentidos del humano. Científicos del TUM han desarrollado lo que podría ser la “piel” de los robots. Lleva el nombre de HEX-o-SKIN, que son censores suaves que se pueden adherir a la superficie del robot y permitir que “sienta” cuando está en contacto con algo, como el suelo, o también con una persona.