En Berlín le conceden Premio Whistleblower a Snowden
24 de julio de 2013En los países de habla inglesa, la palabra whistleblower alude a la persona que denuncia o filtra información a la prensa sobre prácticas institucionales o corporativas reñidas con las leyes o la ética. El término no se deja traducir fácilmente al español –la voz “soplón” tiene connotaciones negativas y “alertador” no termina de calar en la jerga cotidiana– ni tampoco al alemán. De ahí que ese anglicismo se use con frecuencia en los medios germanos y que el galardón concedido en Berlín a Edward Snowden este miércoles (24.7.2013) lleve esa palabra por todo nombre: el Premio Whistleblower.
El reconocimiento en cuestión está dotado de 3.000 euros y es entregado cada dos años, desde 1999, por la Asociación de Científicos Alemanes (VDW) y el capítulo local de la Asociación Internacional de Juristas Contra las Armas Nucleares (IALANA). Este año, la organización no gubernamental Transparencia Internacional (TI) participó por primera vez en la ronda de consultas para decidir quién merecía el Premio Whistleblower. Pero, ¿acaso cabía duda de que Snowden recibiría esa distinción? Después de todo, fue él quien confirmó el involucramiento de varios Estados occidentales en los programas de espionaje global PRISM y Tempora.
Ese es el argumento blandido por el jurado para entregar el Premio Whistleblower al experto informático estadounidense, otrora contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA): “Snowden destapó secretos de Estado por ser éstos de interés público, sabiendo que sus revelaciones le traerían graves perjuicios personales”. Las autoridades de su tierra natal anularon su pasaporte para impedir que Snowden siga huyendo del Gobierno estadounidense, que lo busca por “traición a la patria”. “Snowden ocasionó un terremoto político”, dijo elogioso Otto Jäckel, presidente de IALANA.
¿Entrega del premio en Berlín?
Jäckel exigió al Gobierno germano estudiar la posibilidad de incluir a Snowden en un programa de protección de testigos, agregando que la información de la que dispone el joven de 30 años podría contribuir a esclarecer hasta qué punto los programas de vigilancia masiva de Estados Unidos han violado también el derecho alemán. Por su parte, la presidenta del capítulo germano de TI, Edda Müller, demandó que se aprobaran regulaciones para proteger a los alertadores. Una moción presentada con ese fin en el Bundestag fue rechazada por la mayoría de los parlamentarios alemanes a mediados de junio.
“El derecho laboral vigente no es suficiente”, aseguró Müller, lamentando que los empleados sean obligados por contrato a mostrarse leales de cara a sus superiores y a respetar la confidencialidad de todo lo relativo al manejo interno de sus empresas, incluso cuando son testigos de actos de corrupción flagrantes. La organización TI también hizo hincapié en que la comunidad internacional debería suscribir un acuerdo más efectivo para la protección de datos de los ciudadanos. Ese es precisamente el tópico que indignó tanto a Hartmut Grassl, de la VDW, cuando espetó: “¡El Gobierno alemán no ofrece explicación alguna sobre el caso!”.
Aunque el anuncio de que Snowden era el acreedor del Premio Whistleblower se hizo este 24 de julio, la meta es entregárselo en persona el 30 de agosto. Está por verse si esa aspiración es viable. De aquí a finales de agosto, es difícil prever el destino del hombre más buscado por Washington.
Autor: Evan Romero-Castillo ( dpa / AFP / epd )
Editora: Emilia Rojas Sasse