El viaje de las mariposas en peligro
Todos los años, millones de mariposas monarca (Dannaus plexipus), anaranjadas-negras, originarias de EE. UU. y Canadá, emigran en invierno a México. Un espectáculo maravilloso, pero en vias de extinción.
Mariposas monarca, en extinción
La población de la mariposa monarca (Danaus plexippus), miembro de la familia de las danaides, ha disminuido drásticamente en el norte del continente americano, según el Fondo Vida Salvaje. Este año solo ocuparon cerca de 0,7 hectáreas en el centro de México, el lugar donde hibernan. En 1997 ocupaban más de 18 hectáreas.
El largo viaje de las mariposas
Cada otoño las mariposas monarca viajan hasta 4.000 kilómetros alejándose de EE. UU. y Canadá hacia el sur, hasta los bosques de las montañas del centro de México, buscando un lugar donde hibernar. Desde allí retornan en primavera a sus orígenes. Un largo camino y un verdadero récord para estos bellos especímenes.
Especialistas en largos vuelos
Una mariposa monarca viaja, en promedio, 70 kilómetros por día. A veces, incluso más de 300 kilómetros. En su camino se alimentan del néctar de diferentes flores, antes de llegar a su lugar de hibernación. El viaje dura de dos a tres meses.
Buscando el néctar perdido
El principal alimento de las orugas de la mariposa monarca es la Asclepia tuberosa, una planta de raíz perenne. Las mariposas siguen a las flores de esta planta, que crece en el trópico y en zonas templadas, entre México y Canadá. Pero los monocultivos y el uso de pesticidas la están haciendo desaparecer
Se orientan por el sol y el campo magnético
Para hallar el camino hacia sus cuarteles de invierno y poder luego regresar, las monarca se orientan por el sol, según estudios de Orley Taylor, de la Universidad de Kansas. Pero también el campo magnético de la Tierra tiene un rol central en la orientación de estas mariposas. Ese también es el sistema que utilizan las aves migratorias.
Descanso luego del viaje
Luego de su largo viaje, las monarca pasan los meses de invierno en los valles de la Sierra Madre, en México. Las bajas temperaturas –a veces bajo cero- hacen que las mariposas se muevan muy poco para conservar energías para el regreso. Si se las molesta, pueden perder valiosas calorías necesarias para su supervivencia.
Hibernación amenazada
Pero sus cuarteles de invierno están en peligro, ya que, normalmente, los abetos y cipreses a cerca de 3.000 metros de altura contribuyen a climatizar la región. Como la población del lugar vive de la tala de bosques, éstos están desapareciendo, lo que produce variaciones peligrosas de temperatura que amenazan la vida de las mariposas monarca.
Vuelo de varias generaciones
Tras su sueño invernal, enormes bandadas de monarcas regresan en primavera a su hogar. Las hembras, por lo general, ya han sido fecundadas, y desovan una segunda vez durante el camino. De ese modo, las crías llegan a destino, mientras muchas de las mariposas adultas no logran hacerlo.
Orugas venenosas
Las orugas de las mariposas monarca se defienden de los depredadores a través de la toxina de una planta, el vencetósigo, que almacenan en su organismo.
Músculos para volar
Las transformación en mariposa de las monarcas dura hasta 25 días. Al salir de la larva ya son capaces de reproducirse. Tan pronto como finaliza el verano en EE. UU. y Canadá se produce en sus organismos un cambio hormonal debido al cual pierden su instinto de apareamiento y desarrollan poderosos músculos en sus alas para poder volar largas distancias.
Un viaje seguro
Para que las mariposas monarca puedan seguir volando hacia el sur, organizaciones protectoras de especies amenazadas exigieron en una carta a los Gobiernos de Canadá, México y EE. UU. que se cree una zona de protección a lo largo de la ruta que recorren en su periplo de ida y de regreso.