El sida sigue amenazando a Europa
15 de agosto de 2006Esta semana se celebra en la ciudad canadiense de Toronto la decimosexta Conferencia Mundial sobre el sida: el evento aborda una enfermedad mundial que, pese a los innegables avances en su tratamiento, ya ha matado a más de 25 millones de humanos en apenas un cuarto de siglo. 40 millones de personas viven actualmente con el virus.
Tras 25 años de los primeros brotes de la epidemia del sida, se han producido avances importantes para que las personas infectadas puedan vivir con relativa normalidad, como el uso de retrovirales, por ejemplo; sin embargo, el peligro sigue estando presente, y no sólo en África y Asia, donde el número de infectados es más alto, sino también en los países de la Europa Occidental y Oriental. Así lo advierten los expertos en salud de la Comisión Europea, que afirman que en el Viejo Continente se menosprecian a menudo los riesgos de infección de la enfermedad.
Los números avalan las advertencias de los expertos comunitarios: desde mediados de la década pasada hasta el 2005, el número de nuevos infectados en los estados pertenecientes a la UE ha aumentado en un 75%: sólo durante el 2005, 22.000 nuevas personas se convirtieron en portadoras del virus en los países de la Europa central y occidental.
Los casos de Alemania y España
El prestigioso Centro científico alemán Robert Koch Institut coincide con las advertencias de la Comisión: el sida sigue constituyendo un peligro para los países occidentales desarrollados así como en los países ex soviéticos: y apunta directamente hacia la prevención y el seguimiento de la enfermedad como los principales problemas. Además, y centrándose en el caso de Alemania, afirma que el desastroso desarrollo que tiene el sida en países de su entorno repercuten también en el desarrollo de la enfermedad en la república germana.
El Instituto apoya sus advertencias en datos: a finales del año pasado, casi 50.000 alemanes vivían con el virus, mientras alrededor de 31.000 formaban parte de población de potenciales infectados. 2.600 personas se infectaron a lo largo de todo el 2005. La enfermedad ha matado a 26.000 alemanes durante los últimos 25 años.
En España, las estadísticas son peores que en Alemania: según los últimos datos recogidos por el Informe sobre el sida de 2006 presentado en la Conferencia Mundial, alrededor de 140.00 personas viven infectadas en España, lo que supone un 0,5% más que en Alemania.
Las vías de infección
La Comisión Europea afirma que las vías de contagio han cambiado fuertemente durante los últimos años, dejando atrás los clichés que apuntaban a los homosexuales y drogadictos como las principales poblaciones de riesgo. De esta forma, el mayor número de nuevas infecciones (56%) en la UE vienen de relaciones heterosexuales; la prostitución procedente de África, Asia y especialmente de Europa del Este está aumentando ese porcentaje, según los expertos de Bruselas. España, Italia y Gran Bretaña son los países que presentan la mayor media de nuevos casos de infectados en la zona comunitaria.
Los datos de la Comisión sobre las vías de transmisión en la UE chocan con los de Instituto Robert Koch: según las últimas estadísticas del Centro de investigación germano, en Alemania, un país que representa al corazón de la Unión, siguen siendo las relaciones homosexuales la principal fuente de infección, con un 70% durante el 2005. Las relaciones heterosexuales, el uso de drogas y las transmisiones de madres a hijos ocupan respectivamente el segundo, tercer y cuarto puestos en las principales vías de transmisión.
Futuro
Con encuentros como el de Toronto, se intenta afrontar el sida con una estrategia global. La UE parece haber tomado nota de ello, y pretende llevar a cabo los llamados planes de acción para contener el avance de la enfermedad con la participación de los países miembros; a ellos, Bruselas quiere sumar la cooperación de los países del arco mediterráneo no comunitarios y de los Balcanes, de futuros posibles miembros como Croacia o Turquía, o de país tan lejanos como Azerbaiyán, Georgia, Moldavia y Ucrania. Las armas para luchar con hasta el momento un invencible enemigo parecen claras: cooperación económica y científica, investigación y prevención.