El nerviosismo impera en Caracas
15 de agosto de 2004El nerviosismo impera en Venezuela, en juego están el futuro del poder y los petrodólares. 14 millones de venezolanos podrán decidir si el presidente Hugo Chávez, calificado por unos de demagogo y alabado por otros como visionario, seguirá o no guiando los destinos del quinto exportador de petróleo del mundo.
Después de un golpe de estado y una huelga petrolera, este es el tercer intento de la oposición venezolana de deshacerse del presidente de 50 años. Desde que hace 5 años Hugo Chávez dio el banderazo de salida a su “revolución bolivariana”, el país se encuentra dividido en dos bandos, los opositores y los seguidores de Chávez y Venezuela sumida en una honda crisis política y económica.
Según analistas internacionales, el clima es tenso y una sola chispa podría desencadenar una explosión. Las encuestas pronostican tanto una victoria de la oposición, como una del presidente Chávez, dependiendo quienes hayan encargado el pronóstico.
Los ciudadanos podrán acudir a más de 8.400 centros de votación, custodiados por 118.000 soldados y policías. Los observadores internacionales han declarado que la infraestructura montada para la votación es impecable. El Consejo Nacional Electoral (CNE) difundirá los primeros datos oficiales unas dos horas después del cierre de los centros de votación siempre que la ventaja de una de las partes sea inalcanzable. Por el contrario, si el escrutinio está reñido, los primeros comunicados oficiales podrían demorarse hasta que exista el convencimiento de que no serán contradictorios con el definitivo.
Ni con Chávez, ni sin él
Los bastiones de Chávez se encuentran en los grandes distritos empobrecidos del país, en los que viven más de dos terceras partes de la población y que han obtenido, especialmente en los últimos meses, millones de dólares en forma de centros de salud, escuelas, mercados populares y alimentos subvencionados.
La alianza opositora a la que pertenecen empresarios, políticos, sindicatos y organizaciones ciudadanas tiene un grave problema de credibilidad, pues la crisis del sistema político venezolano se remonta a las década de los 80, y Chávez es sólo la respuesta a décadas de corrupción y malversación de fondos de los dos partidos tradicionales Acción Democrática (AC) y el partido cristiano demócrata COPEI.
Venezuela fue en la década de los 70 uno de los países con mayor crecimiento económico del mundo; contaba con un ingreso per capita incluso mayor al de Italia. Pero desde entonces se ha ido desmoronando, y este derrumbe ha proseguido en la era de Chávez. En la actualidad sólo 3 millones de los 24 millones de venezolanos tienen una plaza de trabajo fijo y el resto subsiste con trabajos de ocasión.
También el precio del petróleo está en juego
Analistas internacionales temen que se registren enfrentamientos después de las elecciones, lo que podría repercutir en el precio del petróleo. Venezuela es el quinto exportador de petróleo del mundo. En el caso de que Chávez logre ganar el referéndum temen que el gobierno venezolano radicalice su política de izquierda y se distancie aún más de su principal socio comercial, Estados Unidos.
A la luz del la fuerte oposición contra Chávez se teme que una nueva victoria desencadene huelgas en el sector petrolero. La huelga de más de una semana registrada en el sector petrolero en el cambio de año 2002/2003 impulsó el precio del crudo en los mercados internacionales. Venezuela produce diariamente 2,5 millones de barriles de petróleo crudo y abastece el 15 por ciento de las importaciones de petróleo estadounidense.