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El negocio de las armas sigue viento en popa

Anne Höhn
5 de diciembre de 2022

Según el SIPRI, las ventas de las 100 principales empresas fabricantes de armas aumentan por séptimo año consecutivo. Estados Unidos sigue a la cabeza.

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El sistema móvil lanzamisiles HIMARS.
Los fabricantes estadounidenses siguen a la cabeza, con casi la mitad de las ventas mundiales.Imagen: Tony Overman/AP/picture alliance

Pese a las dificultades de la economía mundial tras la pandemia, el comercio mundial de armas marcha bien. Las 100 principales empresas fabricantes de armamento generaron en 2021, en conjunto, 592.000 millones de dólares. Eso implica un incremento de casi el 2 por ciento con respecto al año anterior. Los fabricantes estadounidenses  siguen a la cabeza, con casi la mitad de las ventas mundiales, pese a que en 2021 experimentaron un leve retroceso.

Europa se rearma 

En cambio, se incrementaron las ventas europeas en un 4,2 por ciento antes de la invasión rusa de Ucrania. De acuerdo con el informe 2022 del SIPRI (Instituto Internacional de Estudios para la Paz), dicha agresión bélica impulsó la demanda de armas fuertemente en Europa y Estados Unidos. Debido al envío de armas a Ucrania, Estados Unidos y Europa han gastado mucho de lo que tenían en sus depósitos, explica a DW Xiao Liang, uno de los autores del informe. "Estamos seguros de que aumentarán las ventas, pero aún es demasiado pronto para decir si eso se traducirá en mayores ingresos ya en 2022", indica.

Por el momento, solo el productor alemán Rheinmetall cuenta con un pronunciado aumento de pedidos, de entre un 30 y un 40 por ciento, para 2023. Ese pronóstico se basa en la necesidad de reemplazar los vehículos blindados enviados a Ucrania.

En general, no escasea la demanda, sino más bien otra cosa: tiempo. Un ejemplo: Estados Unidos envió hasta octubre de 2022 unos 8.500 misiles antitanque Javelin, lo que equivale a la producción de tres o cuatro años. "Es un desafío para las empresas; reciben más pedidos, pero ¿podrán dar abasto y cumplir con todos los encargos?”, se pregunta Liang.

Algunos países de la UE se rearman fuertemente en respuesta a la agresión rusa contra Ucrania. Polonia se propone duplicar el número de sus soldados en cinco años, Finlandia refuerza su defensa antiaérea, Grecia, Francia e Italia compran nuevas armas por miles de millones de euros. El canciller alemán, Olaf Scholz, anunció, tras el estallido de la guerra, una partida especial de 100.000 millones de euros para el  Ejército germano.

Rusia y China

¿Y qué ocurre en Rusia? La industria rusa de armamento creció mínimamente en 2021. Eso radica, en parte, en la instrucción dada en 2016 al complejo militar-industrial de incrementar la producción civil.

 

Tras la invasión de Ucrania, esa tendencia seguramente se revertirá. Pero, actualmente, faltan sobre todo piezas para la fabricación de armas. Las sanciones occidentales impiden que Rusia pueda importar irrestrictamente chips y semiconductores, necesarios para la producción de misiles o tanques.

Por otra parte, en 2021, las cinco empresas armamentísticas más importantes con sede en el Medio Oriente registraron el mayor incremento entre los 100 principales fabricantes del mundo.

En Asia, se mantiene la tendencia de China marcando la pauta. El país se ha convertido en el segundo mayor productor de armas del mundo, por detrás de Estados Unidos. El aumento de las ventas de armas refleja también las dimensiones de la modernización del equipamiento de los militares chinos y la meta del país de volverse independiente en la producción de todas las categorías relevantes de armas. Entre 2017 y 2021, China, al igual que India, Egipto y Argelia, compraba armas principalmente a Rusia. Según Liang, aún no se puede decir qué impacto tendrá en este mercado la guerra contra Ucrania.

(ers/ms)