El mejor hotel ecologista de Europa: de madera cortada según el ciclo lunar
12 de agosto de 2009A Irene Auer –la dueña del mejor hotel eco de Europa- le encantaba ir al bosque con su padre; él iba a cortar madera, siempre respetando el calendario lunar. Su estrecha relación con los árboles viene de ahí. Hace pocos años se le ocurrió la idea: ella quería crear un hotel todo hecho de madera. Desde 1957 su familia administraba en Längenfeld en el valle de Ötztal un campamento de verano con un albergue en la montaña; natural era, pero todavía no era lo suficientemente ecológico.
En 1988 los Auer inauguraron Waldklause, la ermita de la montaña. No pasó mucho tiempo y el restaurante del hotel ya se tenía como el mejor del valle. Esto generó la base económica del siguiente proyecto: “yo quería un hotel hecho sólo de materiales naturales, en el que yo me sintiera bien”, explica Irene Auer sentada en la terraza de su hotel. Basta poner un pie en el lobby y uno sabe de qué habla Irene Auer. Un intenso olor a bosque llena el salón.
Olor a bosque, dentro y fuera
Construir una casa de madera puede que no sea difícil, pero un hotel entero, con 50 habitaciones, restaurantes y una sección de wellness, eso es otra cosa. “La casa entera se caerá o se hundirá”, le advertía la gente de Längenfeld, a quienes la idea de este hotel no les acababa de gustar.
El hotel como modelo
Un año entero planificaron y cuando creían que el proyecto estaba listo tuvieron que parar. Había problemas con la insonorización. “La madera, lamentablemente, no insonoriza muy bien”, explica la jefa del hotel. Debido a ello, le encargan al arquitecto tirolés Markus Kastl que les hiciera una casita modelo, con todos los materiales que pensaban utilizar en le hotel. “Un hotel de madera que cruja a cada paso y en donde se escuche lo que está haciendo el vecino, eso no le gusta a nadie”, cuenta Irene Auer. Cuando encontraron la solución, comenzaron la construcción. Corría el año 2004.
Madera cortada según el calendario lunar
Por supuesto que para el hotel que había soñado Irene Auer no se podía utilizar cualquier madera. „Cuando la luna mengua, la madera no está tan irrigada. Está más seca y no se deforma mucho“, explica Auer mientras recorre su hotel construido con madera cortada según el calendario lunar. Medio año de trabajo y 6 hectáreas de bosque se requirieron.
Una construcción similar con otros materiales hubiera tardado un año más pero hubiese sido un 40 por ciento más barata. Unos 10 millones de euros desembolsa la familia para la realización de este sueño. „Ese dinero lo recobraremos ahorrándonos los costos de la calefacción“, cuenta Auer con mucha resolución.
Calefacción con madera
Por supuesto que Waldklause no dispone de un sistema de calefacción a gas. En un calefactor ubicado en la cooperativa agrícola cercana se echan restos de madera; a través de un acueducto, el hotel recibe agua caliente.
Tampoco existe un acondicionador de aire: „tenemos una aireación muy buena y utilizamos métodos de recuperación térmica, así ahorramos energía“, cuenta la orgullosa dueña. En la limpieza también son ecológicos: utilizan jabones naturales y vinagre. Todo se hace con materiales que puedan volver al ciclo natural sin residuos.
La ecología pasa por el estómago
Lo mismo pasa en la cocina del hotel. „Utilizamos en lo posible ingredientes de la región“, explica el jefe de cocina, Julius Pollack. „Leche, queso, miel y carne, todo de la cercanía. A nuestros huéspedes les es importante. Pueden visitar también el proceso de producción en las granjas cercanas“, añade mientras sirve un Tafelspitz de una ternera proveniente de ganaderías extensivas de la región.
Conseguir una habitación en Waldklause no es fácil. Lo „eco“ está a la moda, sobre todo si tiene una presentación tan elegante como en Längenfeld. El negocio marcha bien, también gracias a que por segundo año ha ganado el premio al „Mejor hotel eco de Europa“, que lo otorga la revista de viajes Geosaison. Casi un 95 por ciento de la capacidad del hotel está permanentemente reservada; los Auers no tienen necesidad de bajar precios. Mientras que los otros hoteles de Ötztal en pleno verano piden entre 100 y 150 euros por noche de habitación, los precios de Waldklause oscilan entre los 220 y los 380 euros. La fama de su éxito ha llegado a Dubai; hoteliers del desierto han viajado hasta Ötztal para estudiar de cerca el proyecto y no es de admirarse pues nunca antes el ecoturismo había estado tan de moda.
Autor: Taufig Khalik
Editor: José Ospina-Valencia