El "hombre gato de Alepo": rescate entre los escombros de la guerra civil siria
Mohammed Alaa dice: "Si te compadeces de la gente, deberías compadecerte de todos los seres vivos." El sirio rescata gatos de las ruinas dejadas por la guerra civil. Primero en Alepo y ahora en Idlib.
Misión de rescate al amanecer
En los úlitmos meses, Mohammed Alaa al-Jaleel, mejor conocido como Alaa, ha salido entre las cinco y las siete de la mañana para rescatar gatos de las ruinas de la ciudad de Idlib. Temprano por la mañana caen menos bombas y granadas, dice Alaa. Sin embargo, tiene que moverse con cuidado entre los restos de las casas destruidas.
Primeras operaciones de rescate en Alepo
Cuando estalló la guerra civil siria, Alaa trabajaba como conductor de ambulancias en Alepo. De camino a casa distribuyó comida para los gatos callejeros. En algún momento comenzó a buscar gatos sobrevivientes en las zonas devastadas por la guerra para llevárselos a casa. En la carnicería consiguió carne y algunas sobras para alimentar a los animales.
Cuando los gatos se hacen tus amigos
Los primeros informes sobre Alaa aparecieron cuando él aún estaba en Alepo. Recibió ayuda de amantes de los animales de todo el mundo y se hizo conocido como el "hombre gato de Alepo". "Debido a que todo el mundo abandona el país, incluidos mis amigos, los gatos se han convertido en mis amigos", dijo a la BBC británica. También abrió su primer refugio de animales en Alepo.
"El Santuario de Gatos de Ernesto" en Idlib
A finales de 2016, el refugio de Alaa fue alcanzado por las bombas. Poco tiempo después, Alaa, junto con 22 gatos, huyó de las tropas del gobierno de Baschar al-Assad rumbo a la ciudad vecina de Idlib. En Idlib reabrió un refugio: "El Santuario de Gatos de Ernesto" en Kafr Naya. Ahí se alojan 200 gatos, perros, monos, conejos y otros animales.
Compasión con todos los seres vivos
El refugio de Alaa está al norte de Idlib, en una ubicación un poco más tranquila. Allí los animales son atendidos médicamente y alimentados. Algunos se quedan, otros desaparecen de nuevo. "Ya de niño amaba a los gatos", dice Alaa. "De mis antepasados aprendí que todo aquel que se compadece de los humanos debe compadecerse de todos los seres vivos."
No hay fin a la guerra en Idlib
Después de más de ocho años de guerra civil y más de 400.000 muertos, Idlib es la última gran zona rebelde de Siria y la más crítica. A finales de abril, las tropas de Assad junto con aliados rusos lanzaron una ofensiva de recaptura sobre la ciudad. Alrededor de tres millones de personas siguen viviendo en Idlib, casi la mitad de ellas están desplazadas. Muchos no tienen nada más que sus vidas.
Ayuda para niños y animales
"Los mayores perdedores de la guerra en Siria son los niños y los animales", dice Alaa. "Por eso seguiré ayudándolos. En Kafr Naya hay ahora también un orfanato, un patio de recreo y un centro de salud para niños, dice.