Ecuador pone en la picota a Chevron
23 de octubre de 2013La petrolera estadounidense Chevron busca que un tribunal de Nueva York declare fraudulenta la sentencia de la Justicia ecuatoriana, que la condenó en 2011 a indemnizar a la población de Lago Agrio, en la Amazonía, con 19.000 millones de dólares. La petrolera Texaco, adquirida por Chevron en 2001 –que heredó el litigio- explotó los yacimientos entre 1964 y 1992, junto con la paraestatal Petroecuador.
Se estima que en este período dejaron escapar no menos de 71 millones de litros de residuos petroleros y unos 64 millones de litros de crudo sobre más de 2 millones de hectáreas en la selva amazónica. Varios tribunales estadounidenses eximieron a Petroecuador de la responsabilidad sobre un contrato que no firmó.
El litigio se remonta a 1993 cuando el abogado estadounidense Steven Donziger, en representación de 30.000 indígenas de Lago Agrio, demandó a Texaco por haber contaminado con sus prácticas extractivas los mantos acuíferos de la región. La población local presentaba frecuentes casos de enfermedades como cáncer, provocadas por la contaminación. Chevron, una compañía cuyos activos son estimados en 240.000 millones de dólares, ha lanzado su batería de abogados contra Donziger, que ha luchado una batalla de David contra Goliat durante los últimos 20 años. Durante el proceso, la petrolera alegó que en 1998, Ecuador firmó un acuerdo con Texaco que la eximía de toda responsabilidad, veredicto que fue levantado en 2001 por el juez ecuatoriano Nicolás Zambrano que condendó a la multinacional a pagar indemnizaciones a los afectados.
"La mano sucia de Chevron"
El gobierno de Rafael Correa lanzó el 17 de septiembre pasado la campaña ‘La mano sucia de Chevron“ para denunciar el intento de la petrolera de desconocer el fallo de la justicia ecuatoriana. Chevron inició un juicio ante la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya para librarse de la sentencia. Si dicho Tribunal fallara contra Ecuador supondría que Quito tendría que pagar los 19.000 millones de dólares.
Como parte de la campaña para denunciar la lucha del Estado ecuatoriano contra la multinacional, el Embajador de Ecuador en Alemania, Jorge Jurado, convocó a una plática informativa en la Casa de la Democracia y los Derechos Humanos. Un público participativo preguntó dónde se encontraban las organizaciones medioambientalistas alemanas y también reflejaron la preocupación sobre la decisión presidencial de explotar los yacimientos de Yasuní ITT. ¿No volverá a pasar lo mismo en Yasuní?
Ecuador depende de su industria extractiva
El diplomático ecuatoriano explicó que el 60% del presupuesto gubernamental proviene del sistema tributario y sólo un 30% del petróleo. Pero subrayó que el país no puede permitirse abandonar la política extractiva. “No podemos cerrar los pozos pero no queremos que esta catástrofe que hemos sufrido a lo largo de 40 años se repita. Antes, para perforar un pozo era necesario talar 10 hectáreas de selva, hoy en día se necesitan 500 m²" El diplomático latinoamericano destacó que con los recursos derivados del petróleo Ecuador invierte en proyectos de infraestructura, educación y el sistema de salud.
Jurado reconoció que la cuestión se ha convertido en un asunto muy polémico en Ecuador y que mucha gente se opone a que Yasuní sea explotado. Recordó que por ello ha comenzado una iniciativa para convocar a un referendum entre la población para lo cual es necesario recaudar 600.000 firmas ante la Asamblea Nacional. También destacó que incluso la derecha conservadora se ha convertido en ecologista. “Hay mucho provecho que sacar y necesitan asegurar su supervivencia política“, dice. Al termino de la plática se conformó un comité de solidaridad con las víctimas de la catástrofe medioambiental que firmaron algunos de los presentes.
Vigilancia del Estado
Thomas Brose, representante de la Organización Alianza para el Clima (Klimabündnis), afirma que aunque Correa tiene razón al denunciar el gran desastre ecológico provocado en la Amazonía a él le parece que la campaña sirve también para desviar la atención de las protestas provocadas por su decisión de suspender el proyecto Yasuní ITT. “El desastre ecológico provocado por Chevron-Texaco es el trasfondo que provoca las protestas y la resistencia a que se abran nuevos pozos de explotación petrolera. La pregunta es, si en las nuevas convocatorias para la explotación de crudo, el Estado ecuatoriano ha aprendido la lección y ejercerá un mayor control sobre la explotación de crudo para asegurarse de que no se vuelvan a producir daños medioambientales de esta magnitud".