Los chorotegas, antiguos pobladores de Nicaragua, llamaban al sol "Numu”. Y ese es el nombre que da espíritu a esta incubadora de emprendimientos tecnológicos en el casco antiguo de la capital, Managua. NUMU es como una burbuja en un país que todavía busca la paz y el desarrollo, pero a tres años de su fundación, sigue incentivando proyectos basados en la gestión del conocimiento. Su apuesta es convertir a los jóvenes en actores de primera línea y crear en el casco viejo de Managua un distrito digital abierto a la economía creativa. Justamente parte de esos jóvenes han sido los protagonistas del mayor levantamiento contra el gobierno en la historia reciente del país. Las protestas , que comenzaron en abril de 2018 en rechazo una reforma al sistema del seguro social, rápidamente crecieron a nivel nacional. El mundo giró sus ojos entonces hacia Nicaragua, hacia esa juventud que desde las calles y las redes sociales pedía más democracia. Las protestas terminaron con una fuerte represión, centenares de muertos, miles de heridos y exiliados. En ese contexto de crisis sociopolítica y económica se abrió paso esta iniciativa privada en el casco antiguo de Managua. Uno de los creadores es Javier Marín, un emprendedor de origen español con más de 20 años de experiencia en el mundo de la tecnología. Marín llegó a Nicaragua en 2014, con un mandato del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para crear un centro de entrenamiento en tecnologías enfocadas en el progreso social y económico. "Me quedé sorprendido del enorme talento, de la cantidad de gente es joven, de la pasión que hay por el uso de la tecnología y al mismo tiempo de las pocas vías que hay para que todo este talento salga al mundo de la economía digital”, dice hoy Marín. Pero en Numu no quieren hablar de crisis económica ni sociopolítica y tampoco quieren darse por vencidos ante las consecuencias negativas de la pandemia. Muchos de los cursos de ciberseguridad que ofrece NUMU Academy se estén llevando a cabo de forma virtual. La inclusión es el eje de los proyectos, también del restaurante que se encuentra en el ciberespacio y donde trabajan jóvenes con capacidades especiales. Un ejemplo de motivación para los jóvenes es Gabriel Cuadra, un reconocido atleta paralímpico. A pesar de haber nacido con parálisis cerebral, Gabriel nunca se dio por vencido y se acercó a NUMU para compartir su experiencia de vida. Nicaragua es un país joven, donde la educación todavía es precaria y una buena parte de la población no tiene acceso a internet. En 2020 unos 70.000 estudiantes se bachilleraron y esperan entrar a la universidad. Pero las oportunidades laborales son limitadas : el 77 por ciento de la población vive del empleo informal y muchos universitarios recién egresados no tienen mas opciones que trabajar en call centers.