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Donetsk, un año después del referéndum

Karina Oganesyan / Roman Goncharenko (JAG/ELM)11 de mayo de 2015

Hace un año se celebraron los referéndums en Donetsk y Lugansk sobre la escisión de Ucrania. En dichos lugares hay más apoyo a los separatistas. Los opositores se han ido, o tienen miedo de manifestarse.

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Imagen: reuters

“Día de la República” dice un cartel que resalta la fecha del 11 de mayo y una bandera negra, azul y roja con una águila bicéfala. El motivo, la conmemoración de este lunes de la fundación del Estado en Donetsk. Una manifestación en la que, según los organizadores, participaron unas 30.000 personas.

Pendiente de reconocimiento

Hace un año, los habitantes de los territorios del este de Ucrania -Donetsk y Lugansk- decidieron escindirse de Kiev. Los llamados “referéndums” fueron organizados por separatistas armados pro rusos que habían llegado al poder meses antes. Según el propio escrutinio de estos, el 90 por ciento habría votado por la autonomía frente a Kiev, pero la consulta era ilegal de acuerdo con la ley ucraniana. Además, dichos resultados son cuestionables al no contar con la presencia de observadores independientes.

Ambos territorios se declararon autónomos y fundaron las “Repúblicas Populares” un día después del referéndum. Sin embargo, ni Kiev ni otros Gobiernos reconocen su legitimidad y únicamente Rusia se plantea esa posibilidad. “Observaremos la realidad”, decía el presidente ruso Vladimir Putin últimamente en una entrevista.

Acusaciones a Kiev

Antes de la crisis, en estos territorios vivían siete millones de personas. Actualmente, menos de la mitad se quedó en la zona de los separatistas. Millones se fueron a Rusia y otros huyeron a regiones distintas de Ucrania. Entre los que se quedaron, la mayoría simpatizan con los separatistas o no tienen recursos para salir.

A la hora de describir la situación actual en la zona, muchos no quieren decir su nombre o criticar al poder por miedo. Tetjana, de Donetsk, reconoce que votó “sí” en el referéndum. Deseaba más autonomía pero no una división, reconoce esta mujer de 50 años al tiempo que responsabiliza al Gobierno de Ucrania de de la guerra y las víctimas. Otro testigo, un hombre de negocios que quiere permanecer en el anonimato, reconoce su gran desilusión: “Fui al referéndum porque buscaba mejoras”, admite, “pero sucedió lo contrario”. Para él, el balance es pobreza y paro por todas partes.

Apoyo a los separatistas

Actualmente, para el Gobierno ucraniano es difícil saber cómo es la situación en los territorios controlados, aclara Wolodymir Paniotto, director del Instituto de Sociología de Kiev. La institución realizó una encuesta entre personas de ambas partes del conflicto. En la zona de Ucrania del este controlada por Kiev, solo el ocho por ciento apoyaba la secesión, mientras que en las otras regiones el apoyo era el doble que hace un año con un 42 por ciento.

Aun así, en ambas “republicas populares” sigue habiendo una mayoría del 50 por ciento que quiere permanecer en Ucrania. Además, sería previsible que el millón de refugiados en el interior del país también votarían contra la secesión. “Los que tuvieron que abandonar Donetsk y los partidarios de Ucrania quieren que las bandas armadas abandonen Donetsk para poder volver a sus casas”, aclara Switlana Sakrewska, de la ONG de asistencia al refugiado “Allianz”. Para esta activista, se podría haber parado el separatismo hace un año. “Los políticos deberían haberse presentado de casa en casa”, aclara, “pero estaban demasiado ocupados con el reparto de poder”.