Diez argumentos a favor de Bamberg

Como Roma, Bamberg fue erigida sobre siete colinas; de ahí que se le conozca como la Roma franconiana. Sobre ellas fueron construidas iglesias. La más importante de ellas es la catedral Imperial de los Santos Pedro, Pablo y Jorge. Su levantamiento comenzó en 1012. El edificio que hoy domina el panorama de Bamberg es el tercero; los dos previos fueron destruidos completamente por incendios.

Una de las atracciones principales de la catedral es esta estatua del siglo XIII. Ese jinete está presente en el imaginario colectivo alemán en forma de juguete y su efigie adornó alguna vez un billete de uso cotidiano. Sin embargo, se ignora a quién representa. Se presume que puede haber sido el rey Esteban de Hungría, de quien se dice que entró a la catedral con su armadura y su caballo.

La catedral está rodeada por construcciones impresionantes. Una de ellas es la Alte Hofhaltung, la antigua residencia y corte de los obispos. Otra es la Nueva Residencia, que encarna como ningún otro el estilo barroco cultivado en la ciudad bávara y que heredó el uso que se le había dado a la Alte Hofhaltung. Allí fueron acogidas la biblioteca y la galeria de Bamberg. En la foto, su sala imperial.

El patio interior de la Nueva Residencia suele verse inundado por el olor de las rosas, sobre todo en el verano, cuando su jardín barroco florece a más no poder. Unas 4.500 rosas se yerguen orgullosas, compitiendo por la atención de los visitantes con los tejados de Barmberg y la iglesia de San Miguel, que pueden ser vistas a lo lejos.

Este antiguo monasterio benedictino fue construido en Barmberg en 1015 por encargo de Enrique II del Sacro Imperio Romano Germánico. Fue también bajo sus órdenes que se levantó la catedral de Bamberg. Lo más impactante de la iglesia son sus fachadas barrocas, su bóveda reticulada neogótica y su “jardín selestial”, un fresco pintado en el techo que exhibe 578 flores y yerbas medicinales.

Antiguamente, el clero residía en las colinas y el resto de la población en el valle. Cuando se decidió construir el Ayuntamiento de Bamberg, el arzobispo local les negó el terreno para hacerlo. Fue por eso que se construyó una isla artificial en el río Regnitz y se levantó sobre ella el edificio en cuestión. Esa obra arquitectónica marcaba la frontera entre la autoridad divina y la terrenal.

En 1993, el casco histórico de Bamberg fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. En esa ciudad hay más de 2.400 edificios protegidos por su valor monumental. En la zona conocida como "Pequeña Venecia" destacan los coloridos entramados del Medioevo que adornan la orilla del río. Simplemente idílico...

En pleno centro de Bamberg está el Mercado Verde. Es aquí donde los lugareños y los turistas se mezclan en los cafés y las tiendas. El mercado como punto de venta de los productos agrícolas que se cosechan en los alrededores tiene una larga tradición. A partir del siglo XVII se desarrolló en Bamberg el cultivo en jardines dentro de la ciudad; un fenómeno único en Alemania.

El Museo de los Jardineros y los Viticultores de Bamberg le deja claro a los visitantes cómo funcionan los cultivos dentro de la ciudad desde hace siglos. Allí se puede apreciar cómo se trabajaba antiguamente y con qué herramientas.

Bamberg es el paraíso de los amantes de la cerveza. Allí hay once fábricas de cerveza operadas por familias desde hace décadas y unas sesenta más en los alrededores. En total se producen cuatrocientos tipos diferentes de cerveza, tradicionales y experimentales. De gran utilidad para conocer la oferta son las peregrinaciones y los maratones que pasan por estos templos de la cerveza artesanal.