Davos: "la pobreza fomenta el terrorismo"
25 de enero de 2004Con el lema "Seguridad y prosperidad", los organizadores del Foro de Davos creían reflejar bien las principales aspiraciones del mundo. Pero ante la escasa participación, por ejemplo, de líderes latinoamericanos, muchos dudan ahora del grado de representatividad de esta cita anual en Suiza.
Preocupaciones diferentes
Sobre todo en los países industrializados reina la preocupación por que los primeros signos de recuperación económica de los últimos meses se traduzcan en un crecimiento sostenido capaz de generar empleo.
No obstante, pese al optimismo sobre el repunte de las principales economías, los enormes déficit acumulados por EE.UU. y sus desequilibrios estructurales generaron preocupación entre los analistas, al igual que las consecuencias que podría tener sobre la economía europea que el euro continuara su tendencia alcista.
Por su parte, dirigentes de países en desarrollo y responsables de agencias humanitarias se ocuparon de recordar a políticos occidentales, multimillonarios y directivos de multinacionales que cada año acuden a esta reunión, que combatir la pobreza es una manera también de luchar contra los odios y los extremismos, así como de lograr un crecimiento económico a largo plazo.
"Más solidaridad"
Dirigiéndose a representantes de empresas que facturan de cientos a miles de millones de dólares, tanto el secretario general de la ONU, Kofi Annan, como el director del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PNUD), James Morris, pidieron al sector privado que ayude a paliar el problema del hambre en muchas regiones del mundo.
Por otra parte, en lo que puede ser visto como un gesto significativo, el magnate de la informática Bill Gates anunció que ofrecerá US$ 1.000 millones al PNUD.
El Presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, quien a diferencia de años anteriores fue el único mandatario latinoamericano que participó en la cita anual de Davos, estuvo entre quienes indicaron que los países industrializados tienen una responsabilidad que cumplir frente a los pobres, históricamente postergados por el sistema internacional.
El peso de la deuda
En concreto, Gutiérrez planteó el problema de la corrupción y de la deuda externa, un fardo que pesa sobre las inestables economías latinoamericanas, y pidió que los acreedores y los deudores compartan las responsabilidades en la solución de este problema.
Según el mandatario ecuatoriano, siempre hay que tener presente a las dos partes involucradas, a pesar de lo cual los países ricos y las instituciones multilaterales "han optado por la estrategia del avestruz", lo que podría convertirse en una bomba de espoleta retardada.
Otros mandatarios y políticos de países pobres destacaron que la pobreza en los países árabes constituye "el caldo de cultivo ideal para los extremismos". En general, Davos reflejó que entre los países pobres existe el temor de que se produzca "un nuevo choque de civilizaciones".
En este sentido se pidió a los países occidentales que contribuyan a resolver las disputas políticas pendientes, así como a la emancipación socio-económica del mundo musulmán.
Cheney, el más esperado, China la ganadora
El discurso más esperado fue el del vicepresidente de EE.UU., Richard Cheney, que se centró en la guerra contra el terrorismo y pidió a todos un mayor esfuerzo militar para hacer frente a los nuevos desafíos en materia de seguridad o para el caso en que falle la vía diplomática. En una de sus pocas intervenciones públicas, Cheney habló de éxitos en Irak, justificó la guerra y sus resultados, aunque evitó mencionar el caos en el que está sumergido ese país incluso tras la captura de Sadam Husein.
Si Cheney fue la "estrella" en el plano político, China se consagró como la estrella indiscutible en el cielo de la economía, el comercio y las inversiones, para muchos con categoría de una especia de "El Dorado" de este siglo XXI.