Coronavirus: muchas quejas sobre los medios de comunicación
23 de febrero de 2021¿Noticias falsas o fake news? En otras palabras, ¿noticias falsas producidas deliberadamente en las ediciones impresas o en los portales internet de los periódicos alemanes? No, de eso no hay nada en Alemania. Pero los medios de comunicación, cuyo panorama sigue siendo muy diverso en comparación con otros países, cometen por supuesto errores, a veces menores, a veces mayores.
Un caso típico es la publicación de una foto y la mención del nombre de una víctima mortal tras un crimen o accidente, en contra de la voluntad de los familiares. Entonces, el periódico X o el sitio web Y pueden esperar una reprimenda pública del Consejo Alemán de Prensa.
En 1956 se creó el Consejo Alemán de Prensa como un órgano voluntario de autocontrol. Esta entidad vela por el cumplimiento del código de la prensa, un listado de principios para la profesión del periodista.
Los lectores o usuarios que tienen dudas sobre la credibilidad de textos periodísticos o sospechan una violación del código de la prensa se dirigen a esta institución. Los casos abarcan también la violación de derechos personales o la falta de separación entre el contenido editorial y la publicidad. A juzgar por el número de reclamaciones recibidas, las cosas parecen haber andado especialmente mal en 2020: se registraron 4.085 quejas, casi el doble que el año anterior (2.139). Y ya esta cifra fue casi un récord.
Pero la impresión es engañosa. Solo en 530 casos, el Consejo de Prensa, gestionado de forma voluntaria por las asociaciones de editores y las organizaciones de periodistas, examinó las denuncias. En todos los demás, el 87 por ciento, una mirada rápida fue suficiente para dejarlos de lado como obviamente infundados. Por ejemplo, si alguien se molestó por un comentario o porque no se publicó una carta al director.
Las quejas sobre los reportajes de radio y televisión también acaban a veces en el Consejo de Prensa. Pero son otros organismos los que se encargan de ello. En el caso de las emisoras públicas, como la Deutsche Welle, se trata del Consejo de Radiodifusión.
La vara de medir es la libertad de prensa y la libertad de expresión
El Consejo de Prensa tenía especial curiosidad por ver cuántas quejas había sobre la información relacionada con la pandemia. Al final, fueron 581, relativas a algo menos de 400 artículos. También en este caso, la mayoría fueron clasificadas como "infundadas". Por ejemplo, cuando alguien se sintió ofendido por términos como "negador del Coronavirus" o "teórico de la conspiración". El portavoz del Consejo de Prensa, Sascha Borowski, deja en claro la base fundamental de la autorregulación voluntaria: libertad de prensa y libertad de expresión.
Pero incluso esas libertades tienen sus límites. Y si, en opinión del Consejo de Prensa se sobrepasan estos límites, suele ser el mayor tabloide de Europa, Bild, el que acaba siendo reprendido públicamente. Esto ocurrió 22 veces en 2020. Esto significa que más del 40% de las 53 reprimendas públicas pueden atribuirse a este periódico sensacionalista de gran tirada. El caso más notorio fue una noticia sobre el virólogo más conocido de Alemania, Christian Drosten, y su estudio sobre el riesgo de infección de los niños. "Bild" lo acusó de "métodos cuestionables" y calificó el estudio de "groseramente erróneo".
El diario "Bild” construyó un hecho a partir de una posibilidad
Lo que el periódico ocultó a sus lectores era que se trataba de una publicación científica preliminar, cuyos resultados aún no habían sido revisados por expertos y, por tanto, no eran definitivos. Además, "Bild" citó incorrectamente y afirmó que "los niños pueden ser tan contagiosos como los adultos". Sin embargo, en el original en inglés, este pasaje estaba redactado en subjuntivo. "Podría" se convirtió en "puede", construyendo así un supuesto hecho a partir de una posibilidad. Por lo tanto, el Consejo de la Prensa reprochó a "Bild" varias violaciones graves del deber de diligencia periodística.
Bild" informó voluntariamente a sus lectores sobre esta reprimenda, pero solo en internet; según el Consejo de Prensa, desde 2018 no hay información en el periódico sobre textos que han sido objeto de reprimendas. Estas, de todos modos, no tienen consecuencias legales.
"El Consejo de Prensa no es un poder judicial"
La autorregulación tiene sus límites. "El Consejo de Prensa no es un poder judicial", dice el portavoz Sascha Borowski. Así que, desde ese punto de vista, la reprimenda parece ser un arma sin filo. Al fin y al cabo, el Consejo de Prensa informa con sus propias publicaciones sobre las ovejas negras de la prensa escrita y online. En la página web se documentan detalladamente todas las reprimendas desde 1986.
En general, el Consejo de Prensa está satisfecho con la cobertura sobre el coronavirus desde que comenzó la pandemia. "Tuvimos que abrirnos camino, como cualquier político o profesional de la medicina", dice Borowski sobre su propio gremio. En cuanto a la ética de los medios de comunicación, la prensa ha hecho en general un "buen trabajo".
(gg/er)