Controversia sobre el celibato en la Iglesia Católica alemana
19 de febrero de 2008Probablemente el arzobispo de Friburgo, Robert Zollitsch, habría preferido ir compenetrándose con calma de los gajes de su nuevo cargo. Sin embargo, no ha sido así: ni diez días han pasado desde que asumiera la presidencia de la Conferencia Episcopal alemana, y ya se encuentra en el foco de una controversia, por cierto nada nueva pero no por ello menos vehemente dentro de las filas católicas. Las declaraciones formuladas a Der Spiegel por el nuevo “primus inter pares” de los obispos alemanes, en cuanto a que el celibato sacerdotal es un “gran regalo” pero no un imperativo teológico, desataron una polémica que va in crescendo.
Feligresía poco dócil
Alemania nunca ha sido un territorio “dócil” para la jerarquía del Vaticano. Así lo demuestran no sólo las disputas teológicas con figuras como Hans Küng, quien desde su cátedra de Tubinga desafió los preceptos de la obediencia, sino también otros episodios, como la resistencia que hubo de parte de las bases católicas años atrás ante la prohibición de seguir dando asesoría a mujeres que querían abortar.
Precisamente de esas bases surgen ahora voces que defienden a Zollitsch de las críticas emanadas de conservadores como el obispo de Ratisbona, Gerhard Müller, quien opinó que el tema del celibato no está ni estará en discusión. “Compartimos, de todo corazón, lo que dijo Zollitsch en la entrevista”, afirmó el presidente del Comité Central de los Católico Alemanes, Hans Joachim Meier, a un periódico de Colonia. A su juicio, hace bien saber que el prelado “no ve el mundo como uno quisiera que fuese, sino como es”.
También el movimiento de bases “Wir sind Kirche” (Nosotros somos Iglesia) levantó la voz en defensa del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Christian Weisner, portavoz de la organización de feligreses, alabó su valor para abordar un problema al que el Vaticano hace oídos sordos. Weisner considera que “las prohibiciones de pensar procedentes de Roma, expresas o tácitas, resultan insostenibles”.
Argumentos conservadores
En el bando opuesto también se esgrimen argumentos públicamente. Entre otros ha tomado la palabra la “Red de Sacerdotes Católicos”, que reprochó a Zollitsch haberse expresado en forma poco clara, dando la impresión de que el celibato se podría negociar. En opinión de esta agrupación conservadora, no es el celibato lo que pone en peligro el surgimiento de nuevas vocaciones sacerdotales, sino el que se desdibuje el concepto del sacramento del sacerdocio a través de estructuras de tinte democrático.
De todos modos, cuesta imaginar que precisamente ahora, con un alemán en el sillón de San Pedro, el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal germana haya querido desatar, de entrada, otra controversia con el Vaticano. De sus palabras no se puede desprender ningún afán de polemizar, sino más bien una voluntad de poner las cosas en su justo lugar, teniendo en cuenta que el celibato sacerdotal no es un dogma de fe. La discusión que no obstante se ha generado pone en evidencia lo candente de este tema que la Iglesia se resiste a discutir.