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Consenso en G8 sobre cambio climático pero sin acuerdo reducción

EFE8 de julio de 2005

El G8 reconoció el "grave desafío a largo plazo" que plantea al planeta el cambio climático, aunque sin acordar reducciones concretas de las emisiones de CO2.

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El comunicado final de la cumbre de los siete países más ricos y Rusia, que termina hoy en Escocia, señala, sin embargo, la urgencia de "actuar desde ahora" para "desacelerar y revertir" el aumento de los gases que contribuyen al efecto invernadero.

En un párrafo fruto de un largo tira y afloja entre Washington y París, los Ocho dicen "saber" que el incremento de la demanda de la energía de combustibles fósiles y otras actividades humanas contribuyen al calentamiento del planeta.

El comunicado admite, en clara concesión a Washington, que "existen incertidumbres sobre nuestro conocimiento de la ciencia del clima", pero agrega, como deseaban Francia, que "sabemos ya lo suficiente para actuar desde ahora" y comenzar a "desacelerar, y como justifica la ciencia, frenar y revertir luego el aumento de los gases (de efecto) invernadero".

El reconocimiento por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de que el calentamiento del planeta es en parte producto de la acción industrial humana, ha sido calificado por los otros líderes de la cumbre como una victoria, pero denunciado como un simple espejismo por los ecologistas, que denuncian las generalidades del documento, a tono con los de cumbres anteriores.

Los ocho dirigentes reafirman, por otro lado, su compromiso con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su objetivo final de "estabilizar las concentraciones de gas en la atmósfera", y dicen que ese marco es "el foro apropiado para negociar el futuro del régimen multilateral sobre cambio climático".

El comunicado advierte de que en los veinticinco próximos años habrá que invertir 16 billones de dólares en el sistema energético mundial, y agrega que, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica, se abren significativas oportunidades para invertir ese capital cabalmente en tecnologías más limpias y más eficientes desde el punto de vista del ahorro.