Conchita Wurst en el Parlamento Europeo
8 de octubre de 2014Rara vez se ve tal cantidad de gente frente al Parlamento Europeo. Aproximadamente 2000 diputados, ayudantes, practicantes, grupos de visitantes y transeúntes desafiaron la lluvia para ver y escuchar cantar a la cantante barbada, artista del travestismo, procedente de Austria.
Conchita Wurst, ganadora del Festival de Eurovisión de este año, quiso entregar un mensaje. Aunque afirmó que no es “una política, sino una cantante”, se paseó en su alocución de 15 minutos por la historia europea, desde la I Guerra Mundial hasta el Festival de Eurovisión, para llegar a lo que quería decir. El mensaje es simplemente: tolerancia y respeto para todo aquel que es diferente.
“Daré todo lo que tengo para apoyar a los que quieren eso”, había señalado previamente Wurst en una conferencia de prensa en la sede parlamentaria. “El sexo, el color de la piel o el origen no deben desempeñar ya ningún papel”, afirmó la artista. Thomas Neuwirth, de 25 años, es quien está detrás de este personaje, que cantó luego varias canciones. El público, entre quienes había muchos activistas del ámbito homosexual, quedó encantado.
El precio de la tolerancia
Conchita Wurst fue invitada por la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Ulrike Lunaceck (Los Verdes), y representantes de otras tres bancadas. “Tenemos muchas crisis en el mundo y el Parlamento se ocupa naturalmente de los refugiados y otros asuntos de importancia, pero creo que el mensaje de Conchita Wurst también es importante”, dijo Ulrike Lunaceck, quien es igualmente de origen austriaco. Indicó que toda la presentación costó 17.000 euros, en gastos de escenario, equipos técnicos y otros, que fueron financiados con dinero del presupuesto de su bancada para actividades de relaciones públicas. Conchita Wurst no cobró honorarios y viajó con su equipo en clase económica, según la eurodiputada.
Críticas conservadoras
Todo el revuelo no le pareció nada bien a Beatrix von Storch, del partido conservador Alternative für Deutschland, que criticó duramente la visita. “Discutimos sobre el Sr. Wurst, un hombre con ropa de mujer, que canta. Simplemente es para mí algo sobrevalorado, en comparación con los problemas que realmente enfrentamos”, afirmó. Según la parlamentaria, la igualdad de derechos de los homosexuales ya se ha conseguido. “Toleramos a todos los homosexuales, ya no tenemos ningún problema en este aspecto. Hablamos todo el tiempo de homosexuales, de bisexuales, de transexuales, intersexuales, intrasexuales, etc. Giramos demasiado en torno a nuestra sexualidad y tengo la impresión de que, a nivel europeo, el tema en realidad ya se ha agotado”, señaló Beatrix von Storch.
Mientras tanto, Conchita Wurst disfrutó de la atención de docenas de camarógrafos y fotógrafos en la sala de prensa. No obstante, dijo a DW que no tiene intenciones de dedicarse a la política. “Como artista me es mucho más fácil expresar mi verdadera opinión”, explicó.