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Colombia: proceso de paz, "pero sin caudillos”

José Ospina-Valencia
27 de febrero de 2008

Las liberaciones de las FARC obligan a preguntarse por el rumbo del conflicto. Por inverosímil que parezca, hoy las condiciones para la paz son buenas. DW-WORLD habló con Carsten Wieland, de la Fundación Konrad Adenauer.

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Un helicóptero de la Cruz Roja Internacional recogió a cuatro ex congresistas liberados por las FARC.Imagen: AP

Las FARC liberaron este 27 de febrero de 2008 a cuatro secuestrados. Una operación que contó con la intervención del presidente de Venezuela Hugo Chávez. ¿Cuáles son sus consideraciones sobre este hecho?

Esta es otra liberación sin un acuerdo integral, sin un acuerdo humanitario. Lo que estamos viendo es un triángulo problemático: mientras Chávez y las FARC juegan juntos, el Gobierno de Colombia queda por fuera. Mientras haya una confrontación (verbal) entre los presidentes de Colombia y Venezuela, no vamos a ver un diálogo nacional de paz en Colombia.

Tanto las liberaciones del 10 de enero de este año como las de hoy (27 de febrero de 2008) son hechos surgidos de una agenda política y no humanitaria, que no hacen parte de un plan que tenga como meta la paz en Colombia.

Si bien es cierto que es positivo liberar a cuatro personas quedan aún unas 3.000 secuestradas y más de 700 están en manos de las FARC.

¿A qué se debe que Hugo Chávez asuma con tanto ahínco una agenda política que incluye la liberación de secuestrados por las FARC?

La agenda política la dictan, en efecto, entre otros actores, el propio Chávez que busca pulir su imagen tras el fracaso del reciente referendo y Colombia se ha convertido ahora en su enemigo favorito, a juzgar por sus comentarios contra el Gobierno colombiano tras el fin de su papel oficial como facilitador. La agenda de Chávez es muy compleja y está dominada por las emociones.

¿Se convierten así los secuestrados de las FARC en un instrumento político de la relación Chávez – guerrilla?

El tema del secuestro está hoy más politizado que hace medio año. Se podría quizás hablar de una especie de “guerra de secuestrados”. Lo que estamos viendo es un nuevo enfrentamiento en el que las FARC involucran a los secuestrados como instrumento político y diplomático. Las FARC han perdido muchas otras herramientas en su lucha contra el Gobierno colombiano. Hoy las FARC se encuentran debilitadas política y militarmente. Hoy las FARC necesitan más a Chávez que Chávez a las FARC.

Chávez se ha convertido en la ventana de las FARC al mundo. El gobierno de Uribe logró que las FARC fueran aisladas en el escenario político internacional, pero con Chávez han reaparecido.

Esa “reaparición” de las FARC al escenario político se dio con la petición de Chávez de quitarles el mote de terroristas y considerarlas beligerantes. Algo que fue rechazado categóricamente por la Unión Europea y la misma canciller de Alemania, Angela Merkel. ¿Cómo salir del dilema?

Es de destacar que todo el mundo, menos Nicaragua, apoya la posición de la Unión Europea de mantener a las FARC como un grupo de delincuentes. Hay una contradicción en el uso del vocabulario en Europa: las FARC están en las listas internacionales de los grupos terroristas, pero, por lo general, hay confusión sobre cómo denominar lo que sucede en Colombia.

Dr. Carsten Wieland Vertreter der Konrad Adenauer Stiftung in Kolumbien
El doctor Carsten Wieland*, Fundación Konrad Adenauer. Colombia 2008Imagen: presidencia de columbia

Si bien las FARC están en las listas de terroristas, el conflicto como tal sólo tiene una salida política. El pulso no puede ser ganado militarmente por ninguna de las partes. Cierto es que ahora el Gobierno colombiano se ha fortalecido y tiene capacidad de negociar desde una posición más firme. Según la práctica, “un grupo guerrillero sólo estaría interesado en negociar con un Estado fuerte que pueda cumplir”.

¿Así que, a pesar del dilema en que se encuentran la sociedad civil, el Estado y Gobierno colombianos y las FARC; en la realidad, las condiciones estarían dadas para una negociación de paz Gobierno – FARC?

Primero habría que responder a la pregunta de si las FARC tienen la voluntad, decidida y unánime, de buscar una salida política o no. Lamentablemente muchos actos de las FARC demuestran otra cosa. Pero primero hay que superar la confrontación del triangulo Chávez-FARC y el presidente de Colombia. Hasta que esta constelación no sea terminada, no habrá espacio para el inicio de un proceso de paz en Colombia. Chávez se ha convertido en un factor más dañino que benéfico.

Chávez está siendo sobreestimado. Él tiene su agenda política propia que persigue intereses internos de Venezuela. Así que lo más favorable para la paz sería lograr que las FARC y el Gobierno colombiano vuelvan a sentarse a negociar sin mediadores. La posición de Uribe es hoy mucho más flexible que antes y la voluntad para lograr la paz también ha sido expresada por el presidente de Colombia.

Francia ha querido, sin éxito, hacer “rehabilitar” a Chávez. ¿Cómo ve Vd. la actitud de Sarkozy ante el problema?

Sarkozy (también) está urgido de mejorar su posición, ante las grandes dificultades domésticas que enfrenta, como es el caso de Chávez. Pero antes que buscar más agentes externos lo que hay que emprender es el relanzamiento de un proceso de paz en Colombia con actores colombianos o quizás internacionales, por ejemplo, con la ayuda de Naciones Unidas, como en El Salvador. Un diálogo de paz debe prescindir de caudillos emocionales.

La alemana Fundación Konrad Adenauer, por ejemplo, ha estado apoyando tanto a la sociedad civil como al Estado colombiano en su voluntad de paz. Sólo que hay que crear aún las condiciones. Las marchas multitudinarias del 4 de febrero (contra las FARC) y la del 6 de marzo de 2008 (contra la violencia paramilitar) demuestran una mayor sensibilidad de la sociedad civil en Colombia. Colombia posee un sistema político mucho más abierto, en el cual existe una fuerza de la izquierda moderada. En la Colombia de hoy las FARC no tienen ni espacio ni respaldo.

La canciller alemana, Angela Merkel, visita Colombia estos 17 y 18 de mayo. ¿Qué podría hacer Alemania para contribuir a la restauración de las relaciones entre dos muy importantes socios comerciales como lo son Colombia y Venezuela, pero también para apoyar a la sociedad civil y al Estado democrático colombianos?

A través del trabajo de las fundaciones políticas y de la Cooperación Técnica al Desarrollo, Alemania ha hecho mucho por ayudar a sentar las bases de una voluntad democrática en Colombia. El fortalecimiento de los actores civiles, que es primordial para un diálogo de paz, ha sido una de nuestras grandes tareas en Colombia. La visita del presidente federal, Horst Köhler, en 2007 y la visita de la canciller, Angela Merkel, en 2008, demuestran que Colombia está jugando un papel cada vez más importante para Alemania. Es muy importante que Alemania y Colombia refuercen, aún más, sus lazos en todos los niveles.

*Carsten Wieland es politólogo de la Universidad Humboldt de Berlín y representante de la Fundación alemana Konrad Adenauer en Bogotá, Colombia.

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