Colombia espera alternativas de paz, no más consignas
3 de octubre de 2016"A pesar de que las víctimas votaron mayoritariamente por el "Sí al Acuerdo de Paz”, fueron las ciudades las que definieron la victoria del "No”, porque en esta guerra los pobres del campo y la periferia son los que han puesto los muertos”, dice a DW Gerardo Bedoya, director de la Fundación Forjando Futuros, una ONG que representa los intereses de desplazados y despojados de sus tierras por las partes del conflicto colombiano.
Las cifras de la Registraduría Nacional de Colombia plasman en cifras la división, casi por partes iguales, en que se encuentran los colombianos: el "Sí” ganó con el 50,21 por ciento de los votos, mientras que el "No” obtuvo el 49,78 ciento.
"Juan Manuel Santos, que ya había sido reelegido para hacer la paz, prefirió convocar el plebiscito para zanjar la división que solo se confirmó”, agrega, por su parte, la politóloga María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz. Ahora, el arte será el acercamiento de promotores y detractores de dicho Acuerdo. Para Llorente, cuyo think tank ha aportado a la ingeniería de este Proceso de Paz, ahora en el limbo, "un acuerdo es aún posible”.
El meollo del asunto
A pesar de las más diversas razones de la derrota del ya pactado, más no refrendado Acuerdo, según María Victoria Llorente, el "No” va en contra del corazón del Acuerdo de Paz: "¿Qué están dispuestos a entregar los colombianos, a cambio de que las FARC – y ELN – dejen las armas?. La mayoría no quiere soportar a guerrilleros en el Congreso ni aceptar que sean tratados por una Justicia especial, si revelan la verdad de sus crímenes”, reitera Llorente. Una postura inflexible durante los cuatro años del Proceso de Paz.
Tras el rechazo a la propuesta plasmada en este Acuerdo de Paz, considerado "el mejor Acuerdo de Paz de toda la historia de la solución de conflictos por la vía pacífica”, la pelota está en el campo de quienes promovieron y votaron por el "No”.
"Estamos a la espera de las alternativas y luego veremos si las FARC y el equipo de Gobierno las aceptan”, agrega la politóloga colombiana, quien lamenta que hasta ahora solo se han escuchado consignas como "paz sin impunidad”, e insta a dejar el "espíritu de venganza” que guió a buena parte de la campaña del "No”.
La responsabilidad de quienes rechazaron la Paz
Una campaña en la que se vio cómo las víctimas están dispuestas a perdonar, más no aquellos que no han visto personalmente nunca ni a un guerrillero ni a un solo muerto del conflicto. "Lo que realmente está en juego”, concluye la directora de Ideas para la Paz, "no es la desaparición de las FARC, sino el logro de la paz”, por eso "la responsabilidad de quienes rechazaron el Acuerdo es grande, teniendo en cuenta que la próxima cita con la democracia tiene lugar en las próximas elecciones parlamentarias en 18 meses”.
"Si bien la paz ya firmada es un gran avance, la ecuación política para aprobarla es fundamental”, dice la politóloga colombiana, porque es "más difícil convencer con el lenguaje del cambio y la inclusión, que con el de las consignas del miedo que no dan ni exigen explicaciones”.
Pero probablemente sea más fácil llegar a un consenso con el bloque del "No” que convencer a la gran mayoría del 63 por ciento de colombianos que no atendió el llamado a votar porque ni la paz ni la guerra ni las víctimas ni el país pareció importarles. Los mismos a los que no les importó ni siquiera saber que "22 mil millones de sus impuestos se tienen que destinar para pagar un solo día de guerra, y que con el dinero que los colombianos pagan en 7 días para mantener el conflicto se podrían construir 1.600 viviendas de interés social”, recuerda Vega, Premio Nacional de Paz 2012.
Las señales son, hasta ahora, algo esperanzadoras. Todas las partes buscan un consenso que apuntaría hacia una nueva Constitución colombiana. Justo lo que exigían las FARC desde un comienzo, y el Centro Democrático, el partido de Álvaro Uribe, líder del "No”. Eso no quiere decir que la alternativa sea mejor que el actual Acuerdo, pero sería una solución.
En todo caso, como reiteró a DW el delegado del Gobierno alemán, Tom Koenigs, "Alemania seguirá apoyando cualquier proceso de paz en Colombia, porque el pueblo colombiano merece la paz”.