Cocaína latinoamericana en la UE: ¿de Colombia a España?
6 de mayo de 2011La crisis financiera global “ha acercado a los ciudadanos de la Unión Europea (UE) al crimen organizado”, asegura el informe anual publicado esta semana por la Oficina Europea de Policía, Europol. Las comunidades se hicieron más tolerantes a las ilegalidades y los individuos más vulnerables al reclutamiento de grupos criminales, por ejemplo, para servir de “mulas” de heroína y cocaína, o de dinero sucio.
Entre los diversos sectores criminales, el mercado de las drogas parece uno de los más dinámicos. Los grupos criminales diversifican sus “carteras de negocios” y su composición, otrora más ligada al factor nacional y étnico. El consumo de heroína –derivada del opio de Afganistán, Laos y Myanmar– crece en el occidente balcánico. El de cocaína –derivada de la coca plantada en Colombia, Perú y Bolivia– asciende en los antiguos territorios soviéticos. Pero España y, en menor medida, Portugal siguen siendo las puertas de entrada de la cocaína a la UE.
Nuevas rutas proliferan en el tráfico de cocaína para burlar el control de las autoridades en el camino al “jugoso” destino europeo. La vía marítima domina y las nuevas tecnologías (Internet) facilitan la comunicación y el intercambio de materias primas, equipos y experticia, constata Europol. Unos 14 millones de europeos (el 4,1 por ciento de los adultos) han consumido cocaína con cierta regularidad a lo largo de su vida, estima otro reciente informe del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías.
De dónde son “los cantantes”
Tal es la preocupación que el producto final de la coca llegado de América Latina a Europa despierta en el continente, que “la lucha internacional contra el tráfico trasatlántico de cocaína” será tema de un encuentro de ministros del Interior del G-8 y el G-20 el próximo martes 10 de mayo, en la capital francesa.
La meta: un acuerdo similar al llamado “Pacto de París”, diseñado por el G8 en 2003 contra el tráfico de heroína procedente de Afganistán.
Colombia, que lidera desde los ´90 la producción de coca en América Latina, ha reducido sus áreas de cultivo como efecto del llamado Plan Colombia (en cooperación con EE.UU.), así como de su controvertida fumigación con herbicidas, aseguró a Deutsche Welle el director del Instituto Central de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Católica de Eichstät-Ingolstadt, Karl-Dieter Hoffmann.
Como consecuencia, no obstante, la producción ha crecido nuevamente en Perú y Bolivia, cuyos gobiernos habían celebrado antes la reducción de sus plantaciones. “Se trata sólo de un desplazamiento, no se ha plantado una hoja de coca menos que antes porque la demanda se mantiene”, insiste Hoffmann.
A pesar de la desarticulación de los mayúsculos carteles de la droga de Cali y Medellín, los narcotraficantes colombianos continúan liderando el suministro de cocaína a la UE y diversos servicios de inteligencia sugieren sus vínculos con la guerrilla de las FARC, en Colombia, con la organización mafiosa ´Ndrangheta, en Italia, o con células de Al Qaeda o Hezbolá, señala el informe de Europol. Además, grupos criminales mexicanos dominan el llamado polo del suroeste europeo, haciendo temer a la UE por la extrema violencia con que se asocian sus actividades.
Todas las rutas conducen a…
Aunque los narcotraficantes latinoamericanos y europeos han hallado nuevas rutas hacia el sureste de Europa a través de los Balcanes, España y Portugal –además de Bélgica y Holanda– siguen siendo las más importantes puertas de entrada de la cocaína en Europa. Y la ruta principal sigue corriendo entre Colombia y Galicia, tierra española de frontera con Portugal.
Adicionalmente, traficantes dominicanos, establecidos en las Islas Canarias y el territorio continental español, incrementan su poder, asegura Europol –lo que “quizás esté relacionado con la pérdida de terreno de esos grupos frente a los carteles mexicanos en el tráfico mayorista en EE.UU.”, sugiere Hoffmann. “Las Canarias tienen una buena situación geográfica, camino a España, bien conectadas por vía aérea con toda Europa, ideal como estación intermedia para la distribución al resto de los destinos”, agrega.
Otros países latinoamericanos como Venezuela, Guayana, Surinam, Brasil, Argentina, o los del istmo centroamericano sirven de estaciones intermedias de la cocaína hacia África Occidental o del Norte, y de ahí hacia Europa. “Los narcotraficantes siempre encuentran los medios y caminos de traer la droga a Europa, un mercado ‘interesante’ porque los precios de la venta al detalle son mucho más altos que en EE.UU.”, explica el director del Instituto Central de Estudios Latinoamericanos de Eichstät-Ingolstadt.
Por otra parte, si bien Afganistán es el mayor productor de opio, la materia prima que abastece la demanda mundial de heroína, México y Colombia –poco significativos como productores a escala mundial- lideran también en el suministro de heroína a EE.UU.
¿Cuáles medidas, contra qué?
Para Karl-Dieter Hoffmann, sin embargo, las medidas de combate al narcotráfico adoptadas hasta ahora y reuniones como la del G-8, la próxima semana en París, “no han alcanzado su objetivo porque se orientan fundamentalmente a reducir la oferta de drogas ilegales, con la esperanza de que el producto escasee y retroceda la demanda”.
Pero es “del lado de la demanda, allí donde más se consume y se hacen los grandes negocios”, o sea en Europa y EE.UU., donde hay que tratar el fenómeno con más fuerza, no sólo como flagelo criminal, sino más bien como problema social y de salud, insiste este latinoamericanista alemán.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editora: Emilia Rojas Sasse