China-EE.UU.: la libertad, valor de Occidente
3 de febrero de 2010El matutino británico The Times comenta: “Un encuentro con el Dalai Lama probaría que los EE.UU. siguen ajustándose a sus valores fundamentales, más allá de las oscilaciones en la balanza del poder mundial. La libertad no es sólo un valor elemental de Occidente, sino también la base de un orden mundial civilizado. Obama mantendría viva la memoria de las crueldades históricas cometidas por China y de la brutal represión de la rebelión tibetana de 1959, que empujó al Dalai Lama a su largo exilio. Un encuentro de Obama con el jefe espiritual de los tibetanos señalizaría que EE.UU., un país indispensable para la seguridad global, no permita que se le dicte con quién debe mantener conversaciones.”
Desde Tarbes, en el sur de Francia, el periódico La République des Pyrénées escribe: “Hace algunos meses, ya nada funciona. Incluso con su estrategia diplomática conciliadora, Barack Obama concluyó su visita a China sin haber recibido nada de Pekín. Por eso prueba ahora andar a paso más firme. (...) Critican la negativa de Pekín a revaluar su moneda, el conflicto entre Google y el Gobierno chino y las críticas, hasta ahora nunca oídas, de la ministra de Exteriores estadounidense, Hillary Clinton, a los responsables de la política en Pekín. (…) Y, sobre todo, el anuncio del Pentágono de que aprueba la venta de armas a Taiwán por un valor de 6,4 mil millones de dólares.”
La Repubblica, de Roma, opina por su parte: “El tango entre EE.UU. y China no es una danza amorosa, sino de intereses, en la cual ambas partes son plenamente concientes de que se acercan para luego volver a distanciarse, aunque más no sea para recuperar el aliento. En este juego, la República Popular de China tiene que protestar vehementemente contra el planeado encuentro para seguir fiel a su sistema comunista. Los EE.UU., por el contrario, apuestan todo a una sola carta china, también para probar que el presidente Obama no ha perdido su ímpetu ideológico, ni ha olvidado su promesa de cambiar por entero el tono de las relaciones internacionales. Detrás de las movidas de Google, Taiwán y el Dalai Lama, ambos jugadores siguen siendo concientes de que ninguno de los dos puede desligarse del otro sin caer.”
En Copenhague, el Berlingske Tidende editorializa: “Durante la cumbre sobre el clima en Copenhague, el mundo ha podido degustar un anticipo de una nueva China, más segura de sí misma. Ahora, este aspecto se pone nuevamente de relieve en la ira china por la visita del Dalai Lama a los EE.UU. y por la intención de dicho país de vender nuevos sistemas armamentísticos a Taiwán. Es importante que el mundo libre persevere en su libertad de decidir qué visitas recibe y a quién le vende armas. No hay que olvidar que China es, básicamente, un sistema comunista unipartidario que actúa con métodos duros cuando se trata de disidentes políticos y religiosos. Y eso pesa, aún cuando el país se abrió a Occidente hace ya más de 30 años, convirtiéndose en un ejemplo exitoso.”
Editor: Enrique López Magallón