Censura a la libertad de prensa en Turquía
28 de mayo de 2013
Luego del atentado del 11 de mayo en la ciudad de Reyhanli, en la frontera turco-siria, en el que murieron 51 personas, se aviva el debate acerca de censura a la libertad de prensa. Poco después del ataque, el tribunal del distrito de Reyhanli decretó un embargo noticioso de una semana. Se prohibieron las fotografías, las grabaciones de audio y hasta las imágenes de las víctimas, según la ordenanza para la prensa.
Ya cinco días después del fallo judicial, la Alta Cámara Penal del Tribunal de Hatay levantó el embargo noticioso, después de que agencias y medios de prensa turcos presentaran una demanda en contra de la misma.
Argumentos poco convincentes
“No hay absolutamente ninguna normativa legal para un embargo a la prensa. Según la Constitución turca, se considera que una prohibición de ese tipo es censura. Pero nuestros jueces encontraron algún artículo para fundamentar esa prohibición”, dice Adem Sözuer, director de la Facultad de Derecho de la Universidad de Estambul.
El artículo al que se remite el tribunal de Reyhanli es el 153 del Código Penal, y no tiene nada que ver con un embargo a los medios, explica el jurista: “Ese artículo se refiere al derecho a acceder a archivos, no a una prohibición a la prensa”. Eso es típico de la tradición judicial turca, opina Sözüer. “Cuando hay muchos muertos y el Estado tiene miedo de que se produzcan revueltas, entonces se toman ese tipo de decisiones”.
En Turquía se llevaron a cabo varias reformas al derecho penal en los últimos años, tan democráticas como en Alemania o en otros países de Europa, opina Sözuer. “Pero estas novedades aún no se han puesto en práctica. Todavía estamos en un proceso de implementación”, señala. Además, en Turquía “los tribunales siguen considerando las críticas severas como un delito, a pesar de que en el código penal se regula claramente que no solo los periodistas tienen el derecho de ejercer la crítica, sino también todos los ciudadanos. Esa mentalidad es lo que tiene que cambiar”, advierte el abogado.
Censuran a los medios
Un día después del atentado, los ministros turcos visitaron a los familiares de las víctimas en un hospital de Antalya, y diversos representantes de los medios de ese país intentaron informar sobre el hecho a pesar del bloqueo a la prensa. Pero solo se permitió a la prensa oficialista ingresar al hospital. “Desde hace algunos meses, en Turquía se está practicando una especie de limitación al derecho a la información de las agencias noticiosas privadas”, denuncia Abdülhamit Bilici, director general de la agencia Cihan.
Eso es algo que va en contra de la libre competencia y de la democracia, dice Bilici. “A nuestros reporteros se les impidió informar desde el hospital, y luego no se nos ofreció material de video que no llevara el logo de la prensa estatal. “No es la primera vez que esto sucede”, asegura. “Cuando nuestro primer ministro, o un ministro turco se dirige a un encuentro oficial o a una conferencia, solo se invita a la prensa oficialista, es decir, a la TRT o a la agencia Anadolu.
Rumores y falta de credibilidad
También Deniz Ergürel, secretario general de la Asociación de Medios de Turquía, critica duramente el trato que se le da a la prensa en el contexto del atentado en Reyhanli. “Una prohibición a la información como la del atentado es inaceptable. En la era de las redes sociales, es, sobre todo, carente de sentido”, señaló Ergürel en conversación con Deutsche Welle. Debido a la prohibición a los medios surgen falsas informaciones: “La gente comienza a creer en rumores, y eso es todavía mucho más peligroso”.
“Acerca de la exclusión de la agencia noticiosa Cihan, Ergürel dice que “eso es discriminación, y viola totalmente la libertad de prensa y de competencia”.
Medios turcos exigen código ético
A menudo, la prensa turca no es lo suficientemente equilibrada, admite Deniz Ergürel. Los medios crean a veces tragedias, muestran escenas sangrientas, con personas que sufren y lloran”, y eso también es un problema que disgusta a la opinión pública. “Si los medios turcos ejercieran la autocrítica y poseyeran un código ético, entonces no habría ningún motivo para que la Justicia decrete una prohibición”, resume el periodista.
También Adem Sözüer opina que es importante que haya reglas éticas para la prensa: “Algunas imágenes no se deberían mostrar. Por ejemplo, las de personas fallecidas. Pero tampoco es justo prohibir totalmente una publicación”. Un embargo noticioso, añade, solo sería adecuado en un estado de guerra, si el Parlamento decreta el estado de sitio.
Autora: Senada Sokollu /CP
Editor: Diego Zúñiga