Cataluña: “Sin ley no hay democracia”
10 de septiembre de 2015Primero la Diada y después las elecciones del día 27 septiembre… Catalunya está en una situación a la que muchos nunca creyeron llegar y ahora afronta un “ultimátum” por parte de algunos partidos hacia la independencia ¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Sobre todo hemos llegado por falta de cintura política desde Madrid y por una apuesta secesionista de algunos dirigentes en Cataluña para ocultar la corrupción política existente. Creo que el 28 de septiembre no va a pasar nada, pero se ha producido una fractura social en una sociedad catalana muy polarizada, en la que hay una mitad independentista y la otra mitad no independentista. La mitad independentista está muy movilizada y tiene muchos recursos, mientras la no independentista empieza ahora a movilizarse.
Desde las filas independentistas se habla de partidas presupuestarias, financiación, competencias lingüísticas… ¿Son estos los problemas principales para ocupar de tal forma el primer lugar de la agenda política?
Todo se ha intentando enmascarar desde hace tiempo bajo una frase que es “España nos roba”, que ha triunfado en el imaginario colectivo de muchos catalanes. Desde Cataluña se ha tratado de explicar que los españoles viven a costa de los catalanes y nada más lejos de la realidad. Por ejemplo, casi el 70% de las exportaciones catalanas se venden en el resto de España, con lo cual la pérdida de mercado español sería una gran tragedia.
Pero lo que sí hay es un debate de lengua y de sentimientos, y combatir los sentimientos es muy difícil. Por eso entendemos que hay que hacer didáctica. Explicar qué es España, hacer un nuevo discurso sobre España. Al fin y al cabo, los movimientos secesionistas de Cataluña que se repiten aproximadamente cada siglo no son otra cosa que un mensaje de que España necesita cambio. Yo lo analizo de forma positiva, porque Cataluña no se va a separar de España, sino que vamos a tener una mejor España, un mejor relato de nuestros vínculos comunes, de un país que tuvo 800 años de reconquista que provocó diferencias culturales, lingüísticas e incluso étnicas entre las distintas regiones. Pero eso que podría ser un problema también es nuestra grandeza, porque pudimos convivir juntos durante siglos. Por lo tanto, simplemente hay que repensar España.
Hablando de argumentos emocionales y fractura social. ¿Estamos ya en el punto de no hay retorno? ¿Se podrá recuperar la convivencia?
Estamos en un momento muy complicado para Cataluña y para España. Creo que el separatismo se equivocó en una generación. Llevan dominando el sistema educativo durante treinta años y han inoculado un sentimiento antiespañol en muchas generaciones. Pero este auge del movimiento secesionista ha provocado que la mayoría de los catalanes que nos sentimos españoles despertemos. Va provocar una fractura social, un tema que afecta a amigos y familias, del que no se habla y que levanta muchas ampollas.
¿Cómo arreglar esto? (…) Hay que buscar símbolos y un relato nuevo para que, con mucha didáctica, el separatismo que siempre fue minoritario vuelva a ser minoritario.
Desde el separatismo hablan de derecho a decidir como un ejercicio democrático y Societat Civil Catalana habla de una democracia deficiente. ¿En qué se basa para afirmar esto?
Nosotros estamos por el derecho a decidir, pero la parte no puede decidir por el todo. Un brazo no puede decidir por todo el cuerpo. Esto no existe en el derecho y nosotros decimos que los catalanes no pueden marcharse de forma unilateral de España.
En Societat Civil Catalana defendemos que se pueda votar, que puedan votar todos los españoles con una nueva constitución o un nuevo proceso. Entendemos que sin ley no hay democracia. Queremos que haya una ley clara y que votemos todos juntos y no de una forma unilateral como la apuesta de Artur Mas.
¿Qué papel juegan en este escenario las formaciones políticas de “nuevo” cuño como Podemos o Ciudadanos en este conflicto?
El separatismo catalán ha querido aprovecharse de unas crisis económicas, una crisis institucional por la corrupción y una crisis moral, de valores, educativa… España ha vivido una situación de depresión colectiva. El separatismo planteó una alternativa rupturista que ilusionó a mucha gente. Pero no contaban con la irrupción de otra fuerza también ilusionante que no está por la ruptura, pero sí está por el cambio como Podemos. Por eso juega un papel muy importante a la hora de movilizar al votante que votaría por la ruptura independentista, que ahora puede optar por otra alternativa no independentista. Entiendo que pueden restar muchos votos a la opción separatista.
¿Se atrevería a hacer un pronóstico para el 27 de septiembre?
Creo que habrá una participación alta y la candidatura independentista se quedará a 3 escaños de la mayoría absoluta. Va a haber un importante voto a Ciudadanos y PP y PSOE se recuperarán y la sorpresa será Unión Democrática de Catalunya con un resultado notable. Es decir, no habrá una ruptura inmediata y comenzará un proceso complejo, que probablemente derive en otras elecciones autonómicas después de las elecciones generales
Josep Ramon Bosch es historiador y presidente de la Societat Civil Catalana, asociación política contraria al movimiento independentista catalán.