El rey y yo
24 de mayo de 2010Nada nimios son los objetivos que la Canciller alemana y la delegación a sus espaldas se han propuesto alcanzar durante la gira por varios Estados de la península arábiga que iniciaron este lunes (24.5.2010). Aparte de las reuniones de negocios que abarrotan su agenda, Angela Merkel asistirá a otras para abordar espinosos asuntos de gran relevancia para la política exterior germana.
Negociando contrarreloj
No es exagerado decir que los miembros de la representación alemana estarán negociando contrarreloj. La gira que comienza en Abu Dabi, capital del emirato homónimo y también de los Emiratos Árabes Unidos, continúa en Jedda, Arabia Saudita, pasa por Doha, Qatar, y culmina en Manama, Bahrein, durará apenas tres días y medio.
Y a la presión del tiempo se sumará eventualmente la de un protocolo puesto a prueba por el carácter intercultural de los encuentros: el 25 y el 26 de mayo, en Jedda, Merkel estrechará la mano del rey Abdullah y conversará con él sin cubrirse con un velo, dos gestos que las mujeres tiene prohibidos en ese reino debido al peso de las tradiciones musulmanas.
Una cita con el rey
La misión de Alemania en Afganistán, la seguridad energética, el polémico programa nuclear de Irán y la pugna entre israelíes y palestinos figuran entre los tópicos que discutirá con el rey Abdullah. La canciller cuenta con que el grado de influencia del monarca en la región podría ayudar a promover una política de paz en el Cercano Oriente.
Se desconoce si Merkel aprovechará la ocasión para obtener mayor información sobre la familia alemana secuestrada hace cerca de un año en Yemen; las dos niñas fueron rescatadas hace una semana por una unidad especial de Arabia Saudita, pero se sigue ignorando el paradero de su hermano y sus padres.
Asuntos pendientes
El sábado (22.5.2010), en su alocución semanal, la canciller anunció que entre las metas del viaje estaban consolidar los vínculos comerciales ya establecidos con integrantes del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCEAG), como la sociedad entre Qatar y la empresa germana Volkswagen; incrementar el volumen de negocios y el número de nuevos contactos en la región, cuya tasa de crecimiento económico actual es de un 20 por ciento; y propiciar la firma de contratos pendientes, como el tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el CCEAG.
El CCEAG ya es el socio comercial más importante de la UE en el mundo árabe y el cuarto receptor de sus exportaciones, después de Estados Unidos, China y Rusia; pero Europa aspira que la firma del tratado de libre comercio le abra las puertas de los mercados más prometedores de la región, los de infraestructura y servicios. Por su parte, los seis miembros del CCEAG –Kuwait y Omán incluidos– disfrutarían de acceso al mercado energético de Europa, el continente que, de por sí, ya es su socio comercial número uno.
Los derechos humanos, ¿un estorbo?
Esta es la segunda gira de Merkel por los Estados de la península arábiga. La primera la emprendió en 2007, cuando Alemania estaba a cargo de la presidencia de la UE y, como tal, hizo lo que pudo por que se superaran lo más rápidamente posible los obstáculos que impiden la suscripción del mencionado tratado de libre comercio. Europa y el CCEAG están en búsqueda de un acuerdo desde hace veinte años, pero, según los representantes comunitarios, las deficiencias de los países árabes en materia de derechos humanos y desarrollo democrático siempre han trabado las negociaciones.
Pero una cosa es la UE y otra cosa son los empresarios alemanes. Está por verse si los derechos humanos y la democracia son valores por los cuales el capital germano está dispuesto a prescindir de oportunidades comerciales prometedoras; después de todo, los cuatro Estados árabes incluidos en la gira se están preparando para tiempos difíciles en los que sus materias primas escasearán y Alemania tiene mucho que ofrecer en el ámbito de la producción de energía renovable.
La delegación que acompaña a Merkel en su viaje está integrada por el presidente de la asociación federal de industriales alemanes, Hans-Peter Keitel; el jefe de Siemens, Peter Löscher; el de Deutsche Bahn, Rüdiger Grube; y el de Linde (la empresa alemana fabricante de gases industriales), Wolfgang Reitzle, entre otras personalidades del empresariado germano.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / apn
Editora: Claudia Herrera Pahl