Calentamiento global: arrozales producen el 10% del metano
30 de junio de 2023A diferencia de otros cereales, el arroz es una planta semiacuática que se cultiva en campos inundados bajo una capa de agua estancada. Esto alimenta su voraz sed y suprime las malas hierbas, al tiempo que protege contra las infecciones. Antes de la llegada de los fertilizantes sintéticos, el cultivo de arroz en llanuras aluviales también aprovechaba los sedimentos ricos en nutrientes arrastrados por los ríos.
Pero cuando los niveles de oxígeno se agotan bajo esa capa de agua, los microbios que se alimentan de materia orgánica empiezan a emitir grandes cantidades de metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono.
El efecto es tan potente que la producción de arroz representa alrededor del 10% de las emisiones mundiales de metano y es responsable de hasta el 15% de todas las emisiones en algunos países del sudeste asiático. En Vietnam, por ejemplo, el cultivo de arroz emite más gases de efecto invernadero que todo el sector del transporte. Por ello, abordar la industria arrocera podría desempeñar un papel importante para que algunos países cumplan sus compromisos climáticos de París.
La fórmula: drenar y volver a inundar
Una solución relativa consiste en drenar los campos unas cuantas veces por temporada y permitir que el suelo reponga su oxígeno. Esto suprime las bacterias productoras de metano en el suelo, permitiendo que las bacterias más respetuosas con el clima tomen el relevo de nuevo. "Si se elimina la capa de agua durante unos días, las emisiones de metano disminuyen", explica Bjoern Ole Sander, científico del Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz (IRRI), con sede en Vietnam.
Drenar y volver a inundar los campos tres o cuatro veces durante la temporada de cultivo puede reducir las emisiones de metano al menos un 50%, según Sander. Con esta técnica, conocida como humedecimiento y secado alternos (AWD), los agricultores inundan los campos hasta unos 5-7 centímetros, esperan a que el agua descienda hasta 10-15 centímetros por debajo de la superficie del suelo y vuelven a inundarlos.
En países como Vietnam, Tailandia y Camboya -donde el arroz se cultiva casi exclusivamente en minifundios- puede resultar difícil aplicar controles rigurosos. La principal limitación de la técnica es que no funciona durante la estación lluviosa del sudeste asiático. "Aunque dejen de regar sus campos, llueve mucho, así que los campos no se secan", explica Sander. "Así que para esas estaciones... hay que buscar otras opciones".
Pero se han creado algunos proyectos para vender las pérdidas de emisiones como créditos de carbono para empresas que quieren compensar sus propias emisiones, según Vikash Talyan, de la agencia de certificación de créditos de carbono Gold Standard.
En un proyecto certificado por Gold Standard, unos 250 grupos de agricultores que trabajan 16.250 hectáreas de campos en el estado indio de Maharashtra están cambiando a técnicas de AWD para generar créditos de carbono. El proyecto tiene la ventaja añadida de reducir el consumo de agua y adaptarse a los futuros riesgos del cambio climático, al tiempo que proporciona ingresos a los grupos participantes.
Se calcula que el proyecto compensa cada año el equivalente a 60.000 toneladas de dióxido de carbono, aproximadamente lo que la humanidad emite en un minuto al quemar combustibles fósiles.
¿Qué más pueden hacer los agricultores para reducir el metano?
Otra técnica es el riego por surcos, en el que el arroz se planta en largas hileras de montículos de tierra y los canales entre ellos se inundan, lo que permite la entrada de oxígeno en el suelo y reduce las emisiones de metano.
Después de las técnicas de gestión del agua, la estrategia más eficaz es eliminar el alimento del que se alimentan los microbios: la paja sobrante de la cosecha anterior.
Las técnicas de gestión del agua y la paja ofrecen las reducciones más significativas en la producción de metano, pero cambiar los fertilizantes de urea, más baratos, por los de sulfato amónico, más caros, también puede ayudar.
(jov/el)