Bruselas-Riad: la UE sopesa embargo de armas
26 de octubre de 2018A juicio de Karin Kneissl, ministra de Exteriores de Austria e integrante de la presidencia del Consejo Europeo, los Estados miembros del bloque comunitario deben considerar lo antes posible la imposición de un embargo de armamento contra Arabia Saudita. Así lo señaló la diplomática en entrevista con el diario alemán Die Welt, subrayando que si la UE deja de exportar armas y municiones a ese país se contribuiría a poner fin a la guerra del Yemen y al conflicto en torno a Qatar, en los que Riad está involucrado de manera decisiva. Los socios de la Unión Europea aún deben ponerse de acuerdo para asumir una postura unitaria en esta materia.
Austria dejó de enviar armamento a Arabia Saudita en 2015 y el asesinato del periodista árabe Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul refuerza en Viena la impresión de que se hizo lo correcto, comenta Kneissl, antes de elogiar a Angela Merkel por anunciar el congelamiento de futuras negociaciones para exportar armas alemanas al reino saudita. Pero la europarlamentaria sueca Bodil Valero, de Los Verdes, critica a muchas naciones comunitarias por violar las directrices estrictas que norman los negocios con las armas. Aunque la UE tiene estándares comunes desde 2008, cada país aprueba sus exportaciones de armamento autónomamente.
Este jueves (25.10.2018), el Parlamento Europeo emitió una resolución no vinculante en la que exigía la suspensión de todas las exportaciones de armas a Arabia Saudita debido a la presunta implicación del Gobierno de ese país en la desaparición y muerte de Khashoggi. Ya en septiembre de 2017, la Eurocámara le había pedido a los Ejecutivos comunitarios que se alinearan y decretaran un embargo de armas contra Riad porque sus diputados daban por sentado que el material bélico fabricado en Europa estaba siendo utilizado tanto en la guerra del Yemen como en la de Siria; entonces se advirtió que las armas podían caer en manos de diversas organizaciones terroristas.
Arabia Saudita, un "buen” cliente
Se habló de Al Qaeda, de Estado Islámico y del Frente al Nusra, hoy conocido como Jabhat Fateh as-Sham, pero el llamado que se le hizo a la encargada de las Relaciones Exteriores de la UE, Federica Mogherini, para que le impusiera sanciones a Arabia Saudita cayó en oídos sordos. Gran Bretaña, Francia y Alemania están entre los principales proveedores del reino saudí, con envíos valorados en 3.800 millones, 1.500 millones y 720 millones den euros, respectivamente. Estos datos fueron ofrecidos por el propio Parlamento Europeo, pero, generalmente, es difícil acceder a estadísticas exactas y a fuentes para comprobarlas.
Lo que sí está claro es que Arabia Saudita es un mercado importante para todos los exportadores de armas. Riad ha aumentando su gasto en armamento en los últimos años y se ha convertido en el principal importador del mundo después de India. Estados Unidos se ufana de haber firmado un contrato con los árabes para venderles cantidades de armamento valoradas en 110.000 millones de dólares; eso deja muy atrás a los proveedores europeos, pero no los ha eximido de pronunciarse sobre el asunto en relación con el caso Khashoggi: los Gobiernos de Gran Bretaña y Francia han aumentado la presión diplomática, pero no han dejado de hacer negocios con Riad.
"Las directrices para la exportación de armas serán revisadas”, alcanzó a prometer la primera ministra británica, Theresa May. "Mientras los hechos no estén claros y no sean confirmados por nuestros servicios secretos, no tomaremos ninguna decisión”, comentó el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aludiendo al asesinato del periodista árabe atribuido al Gobierno de Riad. La canciller Merkel dijo que la aprobación de nuevas exportaciones deberían ser revisada y su ministro de Economía, Peter Altmaier, recomendó convertir la postura alemana en una posición comunitaria. La UE sólo puede ser tomada en serio por los saudíes si actúa unida.
Prioridades a debate
Si la ministra de Exteriores austríaca quiere persuadir a los Ejecutivos europeos de coincidir en la prohibición de exportación de armas a Arabia Saudita va a tener que armarse de mucha energía y paciencia porque lo que viene es un complejo intercambio de argumentos. Como muestra, un botón: el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, condenó el homicidio de Khashoggi, pero arguyó abiertamente que asegurar la conservación de puestos de trabajo en su país era más importante que las cuestiones morales en juego. España está construyendo cinco barcos para la Marina saudí; ese es un encargo valorado en 2.000 millones de euros.
"Hay que negociar responsablemente”, esgrimió Sánchez, al explicar que si España se negara a cumplir su compromiso con Arabia Saudita no sólo perdería dinero, sino que se vería obligada a pagar multas muy altas. En territorio germano también se han alzado voces para pedirle a Merkel que suspenda inmediatamente la entrega de armamento alemán ya comprado por Riad, pero es poco probable que esa solicitud sea atendida.
(ERC/ERS)
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