Bombas de la Segunda Guerra Mundial aún causan muertos
2 de junio de 2010Inmediatamente después de concluida la Segunda Guerra Mundial, hace 65 años, muchas personas murieron tratando de desactivar los objetos explosivos bajo riesgo de detonación, relativamente abundantes en suelo alemán como residuo de múltiples bombardeos.
Con los años, los hallazgos se han hecho más espaciados y la desactivación es casi un acto rutinario. El Servicio de Eliminación de Residuos Explosivos de Guerra (en alemán, "Kampfmittelräumdienst") se organiza en Alemania a nivel regional, bajo la responsabilidad de cada Estado federado. En Baja Sajonia se halla adjunto al ministerio del Interior, en Hamburgo al Servicio de Bomberos, en Baviera se organiza como un servicio privado.
En la desactivación se utilizan técnicas cada vez más modernas: robots manjeados a distancia, aparatos de hidrodemolición para el corte de materiales con chorros de agua a extrema presión, entre otros. A pesar de ello, no siempre se logra la desactivación exitosa y algunas detonaciones siguen causando muertos y heridos cada tanto.
La última explosión: 3 muertos
Una bomba de 500 kilogramos mató a tres artificieros e hirió a otras seis personas esta semana en Gotinga, en el Estado federado de Baja Sajonia. En el momento de la explosión el equipo efectuaba preparativos para la desactivación del explosivo, de fabricación estadounidense. Las víctimas mortales, tres hombres de 38, 52 y 55 años, eran expertos de la policía de larga trayectoria, que habían participado en la desactivación de unos 600 a 700 artefactos de este tipo.
Justo la semana pasada, el equipo había desactivado otra bomba, en un lugar muy cercano al de la explosión, sin que se produjesen incidentes. Los explosivos, enterrados a unos siete metros de profundidad, habían sido descubiertos en las obras de construcción de un estadio deportivo. Lo mismo debía suceder con la segunda. “Eso lo solucionamos nosotros”, le aseguró en la tarde uno de los artificieros a un reportero de la agencia de noticias dpa. En la noche, había muerto.
¿Peligrosidad subvalorada?
Una bomba rusa de 100 kilogramos, hallada el año pasado en la llamada Isla de los Museos de Berlín, fue desactivada con éxito el año pasado. Otra de unos 250 kilos explotó, sin embargo, un año antes en la localidad de Hattingen, en el Estado de Renania del Norte Westfalia, mientras se realizaban trabajos de excavación en la zona. La explosión dejó 17 heridos.
Tras la última explosión en Gotinga, inesperada, en un momento en que ni siquiera se trabajaba sobre ella, algunos se preguntan si este tipo de accidentes ocurren porque se comienza a subvalorar la peligrosidad de los artefactos.
Y, en principio, no es así. Cada vez que se realiza un hallazgo se evacua el territorio a su alrededor. 7.000 personas habían tenido que dejar sus casas en Gotinga. También los especialistas tienen respeto por cada objeto explosivo a que se enfrentan, aseguran. La bomba de Gotinga explotó mientras los artificieros esperaban el paso de un tren de alta velocidad por una vía cercana para acometer inmediatamente después la desactivación.
Ahora un equipo investigará las causas de la detonación. Pero, en principio, algunos de estos objetos siguen bajo suelo germano. Con suerte, pero sobre todo con medidas de prevención y seguridad, y con recursos técnicos y humanos experimentados, los próximos serán descubiertos y desactivados.
Autora: Rosa Muñoz Lima /dpa/apn
Editora: Emilia Rojas Sasse