Berlín - Retrato de la ciudad
14 de diciembre de 2010La Puerta de Brandenburgo es conocida en todo el mundo como el símbolo de Berlín. Pero esta ciudad es mucho más que un excitante escenario de la Guerra Fría y de la historia; también es la metrópolis cultural de Alemania.
La caída del Muro de Berlín en 1989 dejó gigantescas áreas libres en medio de la ciudad. Fue así como la más moderna arquitectura de vidrio, acero y hormigón encontró su lugar junto a suntuosos edificios históricos. Por otro lado, fueron justamente el deterioro y el carácter inacabado de la capital los que atrajeron –y atraen todavía– a mucha gente en búsqueda de espacio para arrancar una nueva vida y desarrollar nuevos proyectos. A veinte años de aquel suceso, viven en Berlín ciudadanos de 195 naciones.
Berlín, un conglomerado de culturas y estilos
Berlín es tan diversa como sus habitantes; allí se complementan las culturas y los estilos más disímiles. En el barrio de Mitte abundan los edificios históricos y arquitectura digna de ser contemplada, como la Universidad Humboldt en la suntuosa zona de Unter den Linden, por ejemplo. A su alrededor se encuentra la ciudad joven y chic, con tiendas de diseñadores, cafés y tabernas. Por toda Berlín se encuentran desperdigados institutos pertenecientes a las cuatro universidades, así como proyectos artísticos y teatrales independientes; estudiantes y artistas de calle toman la capital para sus experimentos dándole un carácter fresco y juvenil.
Nuevas libertades en la tarima de la historia
Muchos lugares de Berlín conmemoran su historia. Después de todo, fue allí donde gobernaron los emperadores alemanes y causaron estragos los nacionalsocialistas; fue esa la ciudad que dividieron y se repartieron los Aliados al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El régimen comunista de la República Democrática Alemana hizo de la parte oriental de Berlín su capital y erigió un extenso muro en 1961 para dividirla del sector occidental, convirtiendo a la ciudad en escenario ideal para historias de espías –no solamente en las películas– durante la Guerra Fría. El muro cayó en 1989 como resultado de una revolución pacífica.
Los restos del muro con su alambrado de púas, el Palacio de Charlottenburg, las pequeñas placas doradas frente a muchas casas con las que se conmemora a las víctimas del Nacionalsocialismo – todos esos son testimonios de la historia que hoy pertenecen a la vida cotidiana de la capital, junto a los miles de estudiantes y artistas de todo el mundo que ahora quieren dejar sus propias huellas en Berlín y disfrutar de las libertades y oportunidades que ella ofrece.
Autor: Karin Kails
Editor: Rosa Macías Reyes