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Atractiva rebelde

DW WORLD/elm23 de diciembre de 2006

Gabriele Pauli desafía al conservadurismo de Baviera con sus críticas y su estilo de hacer política. Afirma que, como respuesta, el gobierno estatal de Edmund Stoiber la mandó espiar.

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Gabriele Pauli, personaje del momento.Imagen: PA/dpa

El centro de la atención lo ocupa Gabriele Pauli, consejera municipal de la Unión Cristiana Social (CSU). La mujer no sólo desafía al conservadurismo de su partido con su atractiva presencia, sus modernas faldas y sus ojos profundamente azules, sino también por su manera de vivir y de hacer política.

Pauli no tiene empacho en reconocer desde su propio sitio de internet que tiene 49 años de edad, que se ha casado y divorciado dos veces, y que suele trasladarse a sus actos oficiales a bordo de una lujosa motocicleta de carreras. Todas son circunstancias extraordinarias, desde la perspectiva de muchos conservadores bávaros.

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Edmund Stoiber, en el ojo del huracán.Imagen: dpa

Contra la androcracia

Pero no es esto lo que le reprocha la androcracia de la CSU, sino que se atreva a desafiar a uno de los líderes históricos de ese partido: Edmund Stoiber, quien funge como ministro presidente de Baviera y permanece, aún en el ocaso de su carrera política, como uno de los políticos más poderosos y conocidos de Alemania entera.

Pauli se ha distinguido por criticar abiertamente el desempeño de Stoiber, lo cual, combinado con su imagen, ha llamado la atención de la prensa alemana. Esto no dejaría de ser meramente anecdótico sino fuera porque, hace unos días, ella acusó al ministro presidente bávaro de encabezar una campaña de hostigamiento que incluiría investigar su vida privada.

Según ella, el jefe del gabinete de Stoiber, Michael Höhenberger, interrogó a algunos conocidos para tratar de sacarles información que sería destinada a desprestigiarla y así acabar con las críticas. En concreto, se trataba de saber si Pauli padecía alcoholismo y si sostenía relaciones amorosas con algún hombre.

La "primera renuncia"

El asunto ha ido creciendo a un grado tal, que Höhenberger se vio obligado a presentar la que el periódico Bild califica como "primera renuncia" por este caso.

Gabriele Pauli
Pauli: "La presión crecerá".Imagen: PA/dpa

Stoiber niega que haya estado involucrado en los actos de su ex colaborador. "Se trató de una iniciativa aislada, que no está relacionada con el gobierno", afirmó al periódico Bild am Sonntag, y dijo que cualquier especulación en el sentido de que él tenía conocimiento de los hechos carece de toda razón. Höhenberger, por su parte, acusó a Pauli de exagerar el incidente, pero reconoció que éste ya ha causado un daño significativo a la CSU.

Pauli no perdió tiempo en replicar. Este sábado dijo que la discusión pública de este caso no daña al partido –como lo alega Stoiber- sino que, por el contrario, "he recibido gran apoyo de las bases. Hay muchas personas que ven las cosas como yo. Son tantas, que no me doy abasto para responder a sus correos electrónicos", afirmó. Y se lanzó a la yugular del ministro presidente: "En la CSU crecen las voces en el sentido de que Stoiber no debe presentarse en 2008 como candidato a las elecciones del partido. La presión crecerá aún más".

El asunto dará mucho más de que hablar. Sobre todo, dejará de ser parte del anecdotario si se llega a comprobar que Stoiber pretendió emprender una campaña de desprestigio contra una de sus críticas. Por lo pronto, el número dos del gabinete bávaro ya cayó. Y aunque la pausa navideña confiere a este conflicto una dimensión amplificada es indudable que no se trata, ya, de un asunto menor.