Jaime Beck llegó de Colombia a los 14 años de edad y sin hablar alemán. Dedicó su vida a la hotelería y a la consultoría. Pero no fue hasta 2015 que descubrió su verdadera vocación: enseñar alemán a los refugiados. Como voluntario y como migrante, el consultor colombiano ha transmitido la lengua germana a cientos de refugiados, principalmente de Oriente Medio, además de integrarlos en la vida de la ciudad al acompañarlos a la filarmónica o incluso a la policía. La acogida masiva de refugiados en 2015 es un tema que ha supuesto un terremoto en la política de Merkel, y aunque llovieron críticas a favor y en contra de la gestión de los campos de refugiados, fue la falta de experiencia y empatía de la burocracia lo que conformó uno de los mayores retos de Jaime. "No es necesario destinar más recursos a la causa, si no formar mejor a quienes se ocupan de ella", dice.