Antibióticos: ¿Se pueden defender las bacterias?
30 de octubre de 2013Los antibióticos, medicamentos contra bacterias que provocan enfermedades, son la base de la medicina moderna. Si pierden su efecto, infecciones de heridas o enfermedades como pulmonía o sífilis pueden volver a ser un peligro. Y aun más, avisaba Otto Cars, profesor de enfermedades infecciosas en la universidad de Uppsala (Suecia): “También perdemos la posibilidad de tratamientos que hoy son estándar. Transplantes, prótesis de caderas o quimioterapia sólo funcionan si los pacientes tienen suficientes defensas ante la infección.
El problema es mucho mayor de lo que creemos”. Abusando de los tratamientos, las bacterias mutan desarrollando resistencia a los medicamentos. Y ahora, dichas infecciones resistentes se han convertido en un problema para la medicina global.
Peligros para la salud global
Está en juego la salud, prosigue Otto Cars. Como director de la red ReAct, Cars intenta coordinar acciones de política, medicina o investigación contra la resistencia a los antibióticos. Para el experto, a pesar de que se conozca el problema, todavía no se ven efectos prácticos.
A pesar de las advertencias sobre el abuso de antibióticos, estos se siguen usando en la cría de animales para evitar enfermedades y fomentar el crecimiento. Además, sobre todo es el mal uso y administrarlos sin control lo que causa de las mutaciones. “Por ejemplo, en China se administran antibióticos intravenosos para un resfriado”, dice Cars: “El consumo está actualmente en 138 gramos por persona, mientras en Suecia sólo son siete gramos. Eso es consumo masivo”.
Mejores diagnósticos y nuevos antibióticos
En la Unión Europea existe una ley que obliga a administrar antibióticos bajo receta. Sin embargo, en países como Italia o Grecia todavía se venden libremente. En otros como EE.UU., las autoridades sospechan que casi la mitad de los prescritos se toman de forma innecesaria o errónea. Y sobre todo, muchas veces se recetan antibióticos “genéricos”, sin llegar siquiera a conocer el tipo de bacteria.
“A veces se presupone que bacteria causa la infección”, critica Otto Cars. “Si no es correcta, el paciente recibe antibióticos que no le sirven. Por eso hay que acelerar los diagnósticos”. El problema es que, para determinar el agente que provoca la enfermedad, son necesarios cultivos y análisis de laboratorio. Y aunque existan aparatos que ofrecen resultados en un corto espacio de tiempo, son caros y se usan muy poco.
Igualmente lentas son las investigaciones en busca de nuevas soluciones contra bacterias mutantes. A la industria le faltan estímulos, dice Anthony So, director del programa, Global Health and Technology Access en la escuela Sanford de Políticas Públicas.
“En la industria farmacéutica el coste de la investigación es muy alto y el éxito no es seguro. Los antibióticos genéricos prometen más beneficios que un medicamento desarrollado únicamente para tratar una sola bacteria”. Además, los antibióticos se consumen normalmente durante un breve espacio de tiempo, mientras que medicamentos contra la tensión, la diabetes o el HIV son mucho más lucrativos.
Arte contra abuso de antibióticos
Desde la Universidad de Cuenca en Ecuador, Arturo Quizphe pide que el problema de las bacterias resistentes se considere un problema social y medioambiental. Para él, son parte importante de la naturaleza: “Hablamos de bacterias solamente cuando hablamos de enfermedades. Todos quieren eliminarlas. Pero hay otras muy útiles e importantes para el hombre y todavía no sabemos como reaccionarán ante la contaminación. Deberíamos ser más cuidadosos”.
Junto a un grupo de estudiantes y artistas, Quizphe ha puesto en marcha un proyecto artístico y educativo. Fotos o teatro para que los niños aprendan sobre bacterias. También en Gran Bretaña hay un proyecto similar bajo el nombre “Take Care, no antibiotics!”. “Las bacterias llevan más tiempo en la tierra que los humanos”, continúa Quizphe: “Si las atacamos, se resistirán. Tienen derecho a hacerlo”.