Amor para reorientar a la humanidad

Cecilia Vicuña invita al público a renacer y a sentir el verdadero amor. Su performance no tiene un nombre, pero describe a su obra como un "cordón umbilical" que está unido al cosmos para reorientar a la humanidad.

Para su performance ha instalado telas muy largas de color rojo y blanco, todas hechas a base de lana. La más larga cuelga del techo, tiene varios nudos y es solo de color rojo. También tiene otras telas que están envueltas, pero que irá desenvolviendo durante su performance.

Para comenzar, Vicuña invita al público a recostarse en el piso sobre una de las telas de color rojo y los irá cubriendo con una de color blanco. Ellos representan a los heridos y a los desamparados que van a renacer. Dice que es como estar dentro de un capullo, pasar de cuncuna a mariposa. También lo compara con un útero.

Vicuña reparte una tela muy larga entre el público, por medio de la cual todos quedan unidos. Afirma que el amor y el cuidarnos los unos a los otros es lo más humano que tenemos. Y advierte que si no nos dedicamos a eso, todo se va a destruir porque estamos viviendo dentro de una cultura que adora el poder, el dinero, la guerra y la violencia.

Durante la performance, Vicuña también cantó. Eran canciones creadas en el momento, solamente improvisaciones, y algunas palabras tenían origen indígena. Dijo que canta como las culturas indígenas vienen cantando hace miles de años.

Finalmente, la artista también se recuesta en el piso junto a los demás para así renacer todos juntos. Vicuña propone hacer una nueva revolución, pero no una violenta, sino una revolución de amor.