Alemania: refugio de perros maltratados
24 de febrero de 2014Una historia de maltratos convirtió al perro “Churro” en un animal asustadizo y temeroso. Sus primeros años en España los pasó pácticamente encerrado junto a otros galgos, cuyo dueño sólo los sacaba para ir de caza. Fue rescatado por una protectora de animales y finalmente traído a Alemania, donde la Asociación Far from Fear (“lejos del miedo”) le encontró un verdadero hogar.
Era tal su terror ante las personas, que debió pasar dos años en una familia de acogida en Alemania, mientras se adaptaba para ir a un hogar definitivo. “Nosotros le pusimos Tino –cuenta Ralf Habben, de Bremen, quien lo adoptó hace cuatro años-. Al principio era muy miedoso. Ahora es más confiado en casa y con la gente que conoce, pero aún tiene miedo en la calle”.
Como Tino, un creciente número de perros es rescatado y enviado a Alemania en busca de una familia. Para algunos, Alemania es el “paraíso de los perros”, un país donde las mascotas gozan de un estatus especial, lejos de las obligaciones de guardián o de ayudantes en el trabajo. Aquí disfrutan las comodidades hogareñas, paseos diarios y cuidados propios del mejor amigo.
De trabajador a mascota
Con 12 años de labor, la organización alemana Far from Fear (Zona de Galgos) es una de las numerosas asociaciones que promueve el rescate y traída de perros desde España a Alemania. Se ha especializado principalmente en galgos españoles, que “en su patria lamentablemente son tomados más como perros utilitarios para la caza y no son considerados tan inteligentes o cariñosos como para ser mascotas”, indica Gabriele Däwes, quien lleva 10 años en FFF.
La organización mantiene contacto con asociaciones españolas que acogen a perros maltratados o de la calle. Anualmente reciben unos 120 a 130 canes –que viajan principalmente por auto o también en avión-, los cuales permanecen en familias de acogida hasta que son adoptados definitivamente. Su portal en internet –Zona de Galgos- es el espacio donde se dan a conocer los perros y se establecen los primeros contactos con las futuras familias.
A los perros se les dan cuidados médicos, se apoya su recuperación física y emocional y su reintegración social. Es importante conocerlos para definir su carácter y ver si estarían mejor con niños o sin ellos, o si aceptarían la compañía de un gato. Antes de dejarlos en su nuevo hogar, se asesora a la también a la familia.
A pesar de ser tradicionalmente destinados a la caza o carreras, los galgos también son buenas mascotas. Tienen mucha energía y les gusta correr, para lo cual el clima alemán no es problema, pues se acostumbran fácilmente.
Al rescate en España
La Asociación en Defensa de los Animales Pérrikus lleva 13 años trabajando en la sierra de Madrid. “Recogemos perros abandonados o maltratados dentro de los límites que nuestra economía y nuestro espacio lo permite”, cuenta Mercedes Angosto López. El veterinario visita el albergue regularmente y atiende y opera en la enfermeria y quirófano instalados en una motorhome.
“El volumen de los animales maltratados o abandonados en España es tan grande que mucha gente se mete en el mundo de la protección animal sin tener los criterios ni los medios necesarios para la atención correcta de los animales rescatados. Así el límite entre la protección y el maltrato es muy próximo, aunque se haga con la mejor intención”, advierte.
Mientras no haya cambios legales y compromiso de las autoridades, Mercedes Angosto cree que “por muchas asociaciones y particulares proteccionistas que surjan, es un problema sin solución”. Previos controles del lugar y del personal de destino, Pérrikus envía los canes a familias en Francia, Alemania, Suiza, Bélgica o Italia. “Hay una mayor educación animalista que en España, pero eso no nos exime de cumplir el protocolo normal para dar un perro en adopción, visita de control y después de la adopción los controles pertinentes”, aclara.
Cultura animal
La irresponsabilidad humana y la falta de sensibilización han llevado a esta situación de desamparo, asegura Gabriele Däwes: “En los países del sur y este de Europa hay una enorme población de perros y gatos callejeros, y faltan programas de castración. Estos animales pueden tener anualmente 10 a 12 crías, que después de un año entran en edad reproductiva. Esta es una avalancha sin fin, que finalmente lleva a matanzas masivas”.
Däwes cree que en los últimos años se está haciendo más por los perros en España, pero también escucha de parte de organizaciones en ese país que la crisis ha agudizado el problema. “Al parecer cuando a las personas no les va muy bien en lo financiero, rápidamente se deshacen de este costo que significa el animal”, reflexiona. Así aumentan los perros abandonados o dejados en albergues.
La actividad proanimales en Alemania, no obstante, despierta suspicacias. “Creo que los europeos del norte son los más comprometidos con la protección de animales en el extranjero–asegura Däwes-. Tal vez haya cierta incomprensión o escepticismo en los países afectados, pero estoy segura que aquí en Alemania no hay ninguna organización que, disfrazada de protección animal, venda animales para laboratorio”.
Además de la labor social que implica adoptar un perro, también es una conveniente opción para quienes buscan una mascota. Comparado con el precio que alcanza un galgo en Alemania –alrededor de los mil euros-, la donación para cubrir los gastos de mantención y traída de uno rescatado bordea los 200 euros. “Hay tantos perros en centros de acogida o con familias cuidadoras, esperando un hogar definitivo, que es una muy buena oportunidad de ayudar y tener una mascota–asegura Ralf Habben, feliz amo del perro Tino -. Lo recomiendo de todas maneras”.
“Está claro que ninguna persona o asociación puede salvar al mundo entero, pero por cada animal que encuentra una nueva familia aqui en Alemania, comienza una nueva vida”, dice Däwes, quien advierte que el trabajo de protección animal requiere de paciencia, empatía y una buena dosis de tiempo: “Pero al ver lo agradecidos que están estos perros o cómo vuelve a ser feliz un animal herido o asustado, y escuchar lo felices que son quienes adoptan estos nuevos miembros de la familia, demuestra que cada esfuerzo vale la pena”.