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Alasitas: un deseo que se compra

30 de agosto de 2017

¡Quién no ha soñado con tener una casa propia, un auto o un título profesional! El deseo de adquirir bienes o alcanzar ideales es innato al ser humano y se posa en las mentes a la espera de hacerse algún día realidad.

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Peru - Feria de las Alasitas
Imagen: M. Golte

En Latinoamérica existe una tradicional forma de adquirir un “deseo”. Suena mágico, pero mucha gente deposita su fe en ellas. Se trata de las alasitas, que en aymara significa “cómprame”, figuras en miniatura que representan la materialización de los deseos y están asociadas al mundo agrario y urbano como casas, autos, billetes y mucho más.

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Los objetos en miniatura son fabricados por artesanos del altiplano que, año tras año, responden a las necesidades de los compradores para producir nuevos “deseos” desde títulos universitarios hasta pasaportes. Se ofrecen, además, símbolos que representan la riqueza y abundancia como la “rana de tres patas” o el Ekeko. ¿Pero cuál es el origen de las alasitas?

Peru - Feria de las Alasitas
Ekeko, dios de la abundancia, lleno de billetes y alasitas que coloca la gente en la entrada de la feria de los deseos. Imagen: M. Golte

“Está en el hecho de que la gente del altiplano sitúa los poderes divinos en el mundo de arriba y en el mundo de abajo. Cuando se juntan las divinidades se produce crecimiento. Este es el punto de partida para la idea del crecimiento económico”, explica para DW el antropólogo alemán Jürgen Golte, quien desde hace cuatro décadas radica en Perú.

En países como Bolivia, Perú, Argentina y Chile se realizan grandes ferias de alasitas que, normalmente, coinciden con peregrinaciones y fiestas religiosas de cada región. En Puno, Perú, las ferias acompañan a la fiesta de Las Cruces que se celebra en mayo. En Bolivia, la tradicional festividad empieza al mediodía del 24 de enero, guardando relación con la celebración por Nuestra Señora de La Paz.

Ch’alla: el ritual de la compra

La adquisición de las alasitas se realiza mediante un ritual muy peculiar, aunque no todos sometan sus objetos a ello. Este ritual es la ch’alla o bendición al objeto.

Peru - Feria de las Alasitas
Imagen: M. Golte

“Consiste en esparcir líquido, que puede ser cerveza u otro tipo de alcohol, sobre el objeto, acompañado de unos rezos. Esto, para unir al objeto con la persona y para que el deseo se haga realidad”, explica para DW la antropóloga peruana Doris León, quien se encuentra en Alemania escribiendo su tesis doctoral.

Pero la compra del “deseo” no solo implica exponerlo ante un ritual. Va mucho más allá. Doris León detalla que en la adquisición de una miniatura existen dos principios básicos: la divinidad, sujeta a la fe, y la ética del trabajo.

“La gente dice que tiene confianza en que las alasitas se van a volver realidad por la fe que tiene hacia una divinidad, que puede ser la Virgen de la Candelaria o una deidad prehispánica como el Apu, y que es consciente que esa fe tiene que ir acompañada por un trabajo que, en realidad, hará que uno logre lo que ha deseado”, agrega León Gabriel.

Peru - Feria de las Alasitas
Imagen: D. León

Expansión de las alasitas

Para Jürgen Golte y Doris León, quienes publicaron en el 2014 “Alasitas: discursos, prácticas y símbolos de un ‘liberalismo aymara altiplánico’ entre la población de origen migrante en Lima”, la feria de las alasitas es un fenómeno que cada vez más crece y va conquistando las grandes urbes como Buenos Aires y Lima.

“La expansión de las alasitas tiene que ver con la migración de poblaciones aimaras hacia grandes ciudades. Llevan sus culturas y sus productos hacia donde van y han sabido expandir su cultura en el contexto urbano”, señala León Gabriel.

El éxito de las alasitas

Peru - Feria de las Alasitas
Imagen: D. León

Según la antropóloga peruana, el éxito de las alasitas responde a ideales de una sociedad consumista y de mercado, es decir existe la habilidad de los artesanos para producir “deseos” en miniatura, pero también el deseo creciente de la población de obtener riqueza y bienes materiales.

Golte concluye que la adquisición de las alasitas no cumple una función de un simple adorno para tenerlo en casa, sino que efectivamente se vincula a los deseos de la gente de acumular riqueza.

Las alasitas se expanden por países latinoamericanos y ya se sabe por qué el éxito de su demanda. Por ello, ha sido declarada Patrimonio Cultural tanto en Bolivia como en Perú.

Autora: Diana Vicente (VT)

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