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Bailando y cantando contra el fracking

Nikolia Apostolou
30 de marzo de 2021

En Grecia, las empresas petroleras buscan yacimientos de crudo y gas, incluso en zonas protegidas. Sin embargo, el país debe cumplir con los requisitos de la UE y pasar a las energías renovables.

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Un grupo de mujeres sosteniendo bolsas de papel con lemas de protesta en griego. Las mujeres llevan mascarillas y trajes tradicionales griegos.
Vrisoules ha tenido que dejar de cantar y bailar para hacer oír su voz y se han adaptado a otras formas de protesta debido a la pandemia del coronavirus.Imagen: Vrisoules

Un grupo de jóvenes griegas, con trajes tradicionales y mascarillas, reparten folletos a los transeúntes. Sostienen carteles en los que se lee "La naturaleza es nuestro antidepresivo", "¿Por qué convertir el paraíso en un infierno?" y "Mi apariencia es un acto político”.

Desde hace tres años, el grupo activista de mujeres Vrisoules interrumpe los discursos políticos y actos oficiales con cantos y bailes para protestar contra las prospecciones de petróleo y gas en el oeste de Grecia.

Su nombre en griego significa "manantiales naturales", uno de los preciados elementos del paisaje que, según Vrisoules, está amenazado por la exploración de combustibles fósiles. Durante las protestas, se visten de negro para resaltar la gravedad de la situación.

Ocho empresas petroleras y gasistas, entre ellas la multinacional estadounidense Exxon Mobil y la española Repsol, han adquirido derechos de explotación de petróleo y gas en una zona que incluye Creta y las islas Jónicas.

Estos paisajes, con sus playas de arena blanca y aguas azules del Mediterráneo, atraen a unos once millones de visitantes al año, el 30 por ciento del turismo del país. Asimismo, son un sitio relevante para la fauna, ya que incluyen el mayor punto de anidación de tortugas bobas de Europa y un hábitat clave para ballenas y delfines. 

La profesora Eleftheria Tsouknaki afirma que el turismo y la naturaleza podrían verse perjudicados si se mantienen los planes de perforación. Tsouknaki fundó el grupo de protesta, junto con un puñado de compañeras, cuando un amigo les habló de las prospecciones de combustibles fósiles cerca de su ciudad natal, Ioánina. Rápidamente aprendieron a "comprender los peligros de explotación de posibles yacimientos de petróleo y gas".

Para concienciar a más personas, iniciaron una campaña musical. Exigen al gobierno griego que reconsidere su decisión de permitir a las grandes petroleras el acceso a algunos de los lugares más emblemáticos del país.

Otros grupos se han sumado a su causa. A principios de febrero, representantes españoles y griegos de la organización internacional de conservación WWF escribieron una carta al primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis. En ella, le instaban a retirar las licencias existentes y a dejar de conceder nuevos permisos.

"Es una decisión política obsoleta, tomada con datos erróneos hace una década, que está atrapando al país en un sistema energético de alto riesgo económico y alta intensidad de carbono”, añadía la carta.

A contracorriente

Países como Italia, Croacia, España y Francia hace tiempo que prohibieron la prospección de yacimientos de petróleo y gas. Asimismo, un grupo de 63 legisladores de la UE, principalmente de Los Verdes, está presionando para que se prohíban las perforaciones petrolíferas en altamar en los 27 miembros de la UE.

La fracturación hidráulica (también conocida como fracking, en inglés), que consiste en inyectar agua, arena y productos químicos en la roca de pizarra a muy alta presión para recuperar gas o petróleo, es especialmente impopular en Europa. La gente teme que los productos químicos se filtren en el suelo y en el suministro de agua. También se ha relacionado con pequeños terremotos.

La Dirección de Recursos de Hidrocarburos de Grecia (HHRM, por sus siglas en inglés), que gestiona los derechos de exploración y explotación del país, afirma que el fracking no está permitido en Grecia. Por el contrario, activistas y algunos partidos políticos, como Los Verdes, señalan que la ley deja espacio para estas prácticas. 

"Estamos en contra del fracking y no queremos que nuestro país retroceda mientras el resto del mundo renuncia cada vez más al petróleo y al gas”, señala Tsouknaki. 

Dos hombres examinando huevos de tortuga marina en una playa. Un hombre sostiene un huevo, mientras que el otro escribe en un cuaderno.
Los grupos ecologistas temen que la contaminación provocada por la fracturación hidráulica o un posible vertido de petróleo pueda dañar el ecosistema local, que incluye el hábitat de las tortugas marinas.Imagen: Nikolia Apostolou

Grecia comenzó a vender concesiones de petróleo y gas en el momento álgido de la crisis de la deuda de la eurozona, en 2011. En aquel momento, el país necesitaba desesperadamente dinero en efectivo para evitar la quiebra.

El año pasado, el gobierno centroderechista de Kyriakos Mitsotakis introdujo cambios radicales en la legislación medioambiental del país que, entre otras cosas, abren las áreas protegidas a la perforación. Ahora, alrededor del 10 por ciento del territorio griego está destinado a la exploración de hidrocarburos. Otros planes incluyen la perforación en alta mar y el fracking.

¿Una tecnología puente para la transición energética?

Como parte de la UE, Grecia también debe abandonar los combustibles fósiles y reducir para 2030 las emisiones en un 55 por ciento respecto a los niveles de 1990. Con un sol abundante, el país pretende cubrir el 35 por ciento de su consumo energético con energías renovables como la solar para esa fecha.

Aristofanis Stefatos trabaja para HHRM. Cree que el gas natural, que tiene menos emisiones de carbono que el carbón, seguirá desempeñando un papel importante en este camino hacia las energías renovables. Al fin y al cabo, Grecia pretende eliminar la producción nacional de lignito para 2028.

Un delfín nadando en el mar.
Las aguas costeras de Grecia albergan numerosos mamíferos marinos, entre ellos los delfines.Imagen: Aris Messinis/AFP

Actualmente, Grecia importa la mayor parte de su gas natural. Seguir adelante con la exploración podría impulsar la independencia energética del país.

"Dado el alto coste y el tiempo necesario para desarrollar soluciones alternativas, es evidente que debemos intentar desarrollar las reservas potenciales de gas en Grecia lo antes posible", dice. Y añade que la infraestructura que se está desarrollando ahora para transportar el gas natural podría utilizarse eventualmente para el hidrógeno generado a partir de las energías renovables. "La infraestructura de gas sienta las bases para el hidrógeno, una de nuestras mejores opciones para los combustibles limpios del futuro", afirma.

Amenazas por aire, mar y tierra

Sin embargo, los activistas medioambientales se muestran escépticos ante este argumento de la "tecnología puente", e insisten en que el gas y el petróleo de Grecia, al igual que otros combustibles fósiles, deben mantenerse bajo tierra. Una opinión que también se está imponiendo entre la comunidad científica.

"El gas es un puente hacia ninguna parte", critica Claudia Kemfert, directora del Departamento de Energía, Transporte y Medioambiente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW Berlin), en una reciente entrevista con DW. "En lugar de tecnologías puente, necesitamos tecnologías de futuro, es decir, energías renovables". 

Una plataforma petrolífera en llamas.
Trabajadores de emergencia luchan contra los restos de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon en 2010.Imagen: Reuters

Eleftheria Tsouknaki cree que el actual impulso a la exploración tiene menos que ver con una transición energética gestionada que con el beneficio. "Grecia está siendo dividida en bloques para la exploración y extracción de hidrocarburos", aclara la activista. "Toda la cuenca mediterránea está en peligro, desde Grecia hasta España y el norte de África", alerta.

Helen Briassoulis, profesora del Departamento de Geografía de la Universidad del Egeo, explica que la contaminación del aire, del suelo y del agua por las operaciones de perforación y la contaminación química del fracking podrían dañar la fauna, la tierra y el agua. Esto, a su vez, pondría en peligro los puestos de trabajo en una zona muy dependiente del turismo, la pesca y la agricultura.

A ello se añaden riesgos de accidentes en las perforaciones en alta mar. Recuerda el vertido de petróleo provocado por el desastre de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de la petrolera BP hace once años. En ese momento, 1,49 millones de barriles de crudo entraron en el Golfo de México. Más de diez empleados de la plataforma de perforación perdieron la vida, así como millones de animales.

"Los proyectos a gran escala son como jugar con la naturaleza", dice Briassoulis. "Las perforaciones en altamar son un gran desastre y no creo que en Grecia se haya debatido mucho sobre lo que haremos en caso de accidente".

La pandemia deja un futuro incierto

Sin embargo, al igual que la pandemia ha mermado las actuaciones públicas de las bailarinas de Vrisoules, también ha complicado la exploración de los combustibles fósiles.Una década después de la crisis económica que motivó la venta de concesiones en Grecia, el COVID-19 también ha provocado la primera retirada. El grupo español Repsol se ha visto muy afectado por las consecuencias económicas de la pandemia, así como por la nueva caída de los precios del petróleo. A principios de este año, la empresa anunció que se retiraría de Grecia occidental en los próximos meses.

Tres mujeres protestando con grandes carteles en los que se lee: “¿Por qué convertir el paraíso en un infierno?” y “No al fracking en Grecia”.
El grupo de mujeres activistas Vrisoules protesta contra los planes de exploración de petróleo y gas en Grecia.Imagen: Petros Giannakouris/AP Photo/picture alliance

Stefatos, por su parte, advierte sobre "las conclusiones precipitadas en cuanto a la congelación de las actividades de exploración", subrayando que estas continuarán en todos los demás apartados, "aunque con algunos retrasos en casos particulares, principalmente relacionados con el impacto de la pandemia en los yacimientos".

Para Tsouknaki y el resto de su grupo, la lucha contra las prospecciones de petróleo y gas continúa, si bien en gran medida de forma virtual y sin cantos, a causa de la pandemia.

"Nadie debería dividir medio país de norte a sur en yacimientos para la extracción de petróleo, sobre todo, en zonas vírgenes y que podrían afectar al mar y a las reservas de agua limpia", concluye Tsouknaki. (ar/dz)

Corrección 12.04.2021: Una versión anterior de este artículo afirmaba erróneamente que el fracking podría impulsar la independencia económica de Grecia, según Aristofanis Stefatos. Stefatos dijo, en cambio, que la exploración podría ayudar a conseguirlo. El error se cometió durante el proceso de edición.