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"1945 - La guerra y sus consecuencias"

Manfred Götzke3 de mayo de 2005

El Museo de Historia de Berlín inauguró una exposición sobre la II Guerra Mundial y sus consecuencias. Los críticos opinan que aparte de la diferencia de visiones entre la RFA y la RDA es poco lo que aporta.

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Refugiados regresan a Berlín después de la guerra.Imagen: dpa

"La Segunda Guerra Mundial determina la historia de la posguerra alemana hasta nuestros días". Una frase lógica y banal, pero por lo visto suficiente para convertirse en la tesis central de las más reciente exposición inaugurada en el Museo de Historia de Berlín.

"1945 - La guerra y sus consecuencias" se llama el título de la exposición que presenta las consecuencias de la guerra en 7 estaciones. La presentación comienza con imágenes conocidas y terribles: Göbbels y su discurso ante el Palacio de los Deportes, la deportación de los judíos de Eisenach; posteriormente y por orden cronológico las temáticas "destrucción", "acercamiento y conflicto entre las naciones", "enjuiciamiento de los crímenes nazis". Una exhibición amplia.

Burkhard Asmuss, coordinador de la exposición explica que ante el sinnúmero de tesis, la exposición se complica pues tomando en cuenta la complejidad del tema, sería un grave error concentrarse en una sola tesis.

Los críticos sin embargo señalan que no hay aportes novedosos. En la ciudad de Bonn existe una exposición permanente sobre la II Guerra Mundial. La exposición en Berlín parecería, según dicen los expertos, una filial en la capital alemana. Simplemente el aporte obligatorio en este 60 aniversario del fin de la II Guerra Mundial.

Filbinger vs. expropiaciones

El verdadero enriquecimiento radica en la contraposición de visiones de los hechos entre la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana, según los críticos. Así lo evidencia por ejemplo el "caso Filbinger" que se expone en base a caricaturas, transparentes y documentos de prensa.

Hans Filbinger fue primer Ministro cristiano demócrata de Baden Würtemberg en la década de los 70. Su segunda carrera. 30 años antes fue juez nacionalsocialista y condenó a muerte a desertores hasta su último día en funciones.

Cuando el escándalo se hizo público Filbinger no tuvo reparos en causar aún más polémica al declarar que "lo que fue justo entonces no puede ser injusto ahora". La Unión Cristiano Demócrata rehabilitó a su miembro e incluso lo invitó a las elecciones presidenciales el año pasado.

Mientras que la República Federal de Alemania se ocupaba del escándalo Filbinger en la década de los 70, la propaganda de la República Democrática Alemana se enorgullecía, según demuestran carteles y anuncios de la década de los 50, de haberle negado cualquier oportunidad a miembros del nacionalsocialismo. Hacia principios de los 60 se expropió sus tierras a miembros del NSDAP, partido nacionalsocialista.